El Sínodo sobre la Amazonía aprobó este sábado la propuesta de ordenar sacerdotes a hombres casados en las zonas más aisladas de esta región, incluida en el documento final que fue votado hoy por los obispos, uno de los temas más controvertidos en estas tres semanas de debate.
«Proponemos (…) ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad que tengan un diaconado fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable», señala el punto 111 del documento, que consiguió 128 votos a favor y 41 en contra.
Según las normas del Sínodo, cada uno de los puntos del documento final – fruto de las peticiones y debates de estos días – para ser aprobado necesitaba el voto positivo de los dos tercios de los obispos presentes, que hoy era 120.
Las otras propuestas
La atención mediática del Sínodo sobre la Amazonía se ha centrado en la propuesta de ordenación de hombres casados, pero el documento final contiene numerosas propuestas de la zona y de los pueblos indígenas. Estas son algunas de ellas incluidas en el Documento final de este Sínodo:
– Ante la situación apremiante del planeta y de la Amazonía, la ecología integral no es un camino más que la Iglesia puede elegir de cara al futuro en este territorio; es el único camino posible, pues no hay otra senda viable para salvar la región. La depredación del territorio viene acompañada del derramamiento de sangre inocente y de la criminalización de los defensores de la Amazonía.
– La Iglesia (…) anima a la comunidad internacional a disponer nuevos recursos económicos para su protección y la promoción de un modelo de desarrollo justo y solidario, con el protagonismo y la participación directa de las comunidades locales y de los pueblos originarios en todas las fases.
– Resulta escandaloso que se criminalice a los líderes e incluso a las comunidades por el sólo hecho de reclamar sus mismos derechos.
– Para los cristianos, el interés y preocupación por la promoción y respeto de los derechos humanos, tanto individuales como colectivos, no es opcional.
– Proponemos definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente. Es un pecado contra las futuras generaciones y se manifiesta en actos y hábitos de contaminación y destrucción de la armonía del ambiente, transgresiones contra los principios de interdependencia y la ruptura de las redes de solidaridad entre las criaturas.
– También proponemos crear ministerios especiales para el cuidado de la «casa común» y la promoción de la ecología integral a nivel parroquial y en cada jurisdicción eclesiástica.
– Como manera de reparar la deuda ecológica que tienen los países con la Amazonía, proponemos la creación de un fondo mundial para cubrir parte de los presupuestos de las comunidades presentes en la Amazonía que promueven su desarrollo integral y autosostenible y así también protegerlas del ansia depredadora de querer extraer sus recursos naturales por parte de las empresas nacionales y multinacionales.
– Adoptar hábitos responsables que respeten y valoren a los pueblos del Amazonas, sus tradiciones y sabiduría, protegiendo la tierra y cambiando nuestra cultura de consumo excesivo, la producción de residuos sólidos, estimulando la reutilización y el reciclaje.
– Proponemos que sea establecida una Universidad Católica Amazónica basada en la investigación interdisciplinaria (incluyendo estudios de campo), en la inculturación y en el diálogo intercultural.
– El nuevo organismo de la Iglesia en la Amazonía debe constituir una comisión competente para estudiar y dialogar, según usos y costumbres de los pueblos ancestrales, la elaboración de un rito amazónico, que exprese el patrimonio litúrgico, teológico, disciplinario y espiritual amazónico.