Para muchos expertos es recomendable pesarse diariamente para controlar el peso, sobre todo cuando se sigue un programa de dieta y ejercicio para adelgazar.
Sin embargo, otros sugieren dejar de lado este hábito, ya que, puede desencadenar respuestas psicológicas y comportamientos poco saludables cuando no nos gusta o no interpretamos correctamente el número que vemos en la báscula.
Pesarse semanalmente ayuda a controlar tu peso
Investigaciones recientes confirmaron que pesarse regularmente es una estrategia eficaz para perder y controlar el peso, principalmente porque ayuda a aumentar la conciencia de nuestro peso actual y a detectar cambios.
Una revisión sistemática de una docena de estudios concluyó que los participantes que se pesaban semanal o diariamente durante varios meses perdían entre 1 y 3 unidades de IMC (índice de masa corporal) más y recuperaban menos peso que los participantes que no se subían a la báscula con frecuencia.
Los autopesajes son una herramienta esencial para controlar el peso a medida que envejecemos. Los adultos tienden a ganar peso progresivamente a lo largo de la mediana edad.
Hacer un seguimiento de nuestro peso también puede ayudar a identificar problemas médicos a tiempo. Los cambios drásticos de peso pueden ser un signo precoz de algunas afecciones, como problemas de tiroides, digestión y diabetes.
El pesaje semanal tiene en cuenta las fluctuaciones normales
Las fluctuaciones diarias y cotidianas del peso corporal tienen varias explicaciones, muchas de ellas relacionadas con el contenido de agua de nuestro cuerpo. Las causas más comunes incluyen:
1- El tipo de comida que hemos consumido
Si cenamos una comida rica en hidratos de carbono, pesaremos más al día siguiente.Este cambio es el resultado de que nuestro cuerpo transporta temporalmente más agua: retenemos unos 3-4 gramos de agua por cada gramo de carbohidrato consumido para almacenar la energía que nos proporcionan.
2- Nuestra ingesta de alimentos
Ya sean 30 gramos de frutos secos o 65 gramos de carne magra, todo lo que comemos y bebemos tiene peso, lo que aumenta nuestro peso corporal temporalmente mientras digerimos y metabolizamos lo que hemos consumido.
3- Ejercicio
Si nos subimos a la báscula en el gimnasio después de hacer ejercicio, es muy probable que pesemos menos debido a la pérdida de líquidos inducida por el sudor.
La cantidad de agua perdida varía en función de factores como la intensidad y la duración del ejercicio, la temperatura y la humedad, así como la tasa de sudoración y el nivel de hidratación.
4- Cambios hormonales
Las fluctuaciones hormonales del ciclo menstrual también pueden afectar al equilibrio de líquidos.
Las mujeres pueden experimentar retención de líquidos y ganar temporalmente entre 0,5 y 2 kg de peso en este periodo.
5- Movimientos intestinales
Ir al baño puede provocar una pérdida de peso pequeña pero inmediata, ya que se eliminan desechos del cuerpo. Aunque la cantidad perdida varía, generalmente eliminamos alrededor de 100 gramos de peso a través de nuestras deposiciones diarias.
Todas estas fluctuaciones son normales, y no son indicativas de cambios significativos en nuestra grasa corporal o masa muscular.
¿Qué hay que hacer?
Pesarse semanalmente proporciona una medida más precisa de las tendencias de nuestro peso a lo largo del tiempo.
Lo ideal es que nos pesemos siempre el mismo día de la semana, a la misma hora y en el mismo entorno cada semana.Por ejemplo, todos los viernes a primera hora de la mañana antes de entrar a la ducha o después de haber ido al baño, pero siempre antes de haber bebido o comido nada.