Ante los constantes asaltos de que son víctimas residentes en Engombe, una localidad ubicada en Santo Domingo Oeste, sus habitantes la dan denominado como un «territorio de nadie». Califican, además, «tierra de nadie” esta comunidad porque los constantes asaltos, incluso hasta en horas del día, sus residentes están en estado de alarma y con miedo de caminar.
“La situación por aquí es alarmante, no pasan ni 42 horas sin que pase un atraco, usted puede estar sentado frente a su casa y lo atracan. Esto realmente se ha convertido en tierra de nadie y la vigilancia por aquí es nula, usted no encuentra a un policía a ninguna hora ni en ningún momento”, expresó José Veras, residente del sector.
Veras, sostuvo que los malhechores no tienen hora fija para cometer sus fechorías, incluso -dice- todos en su casa han sido atracados”.
“Mi hija también fue atracada ahí en la esquina a punta de pistola y le dispararon varias veces, es terrible lo que estamos pasando aquí en el Palacio de Engombe”, dijo tras agregar que el hecho ocurrido hace cuatro meses no tuvo el seguimiento de la policía y “todo se quedó así”.
Calles sin asfaltar, decenas de hoyos, puertas cerradas, cámaras de vigilancia y aceras vacías ante el miedo de ser víctimas de los antisociales es el panorama en esta localidad.
Cristina Aguero, de 82 años, dijo que desde que sus familiares salen en la mañana a sus labores tiene que mantenerse encerrada en su casa, la cual está rodeada de cámaras de seguridad.
“A todas horas ellos andan por aquí, tienen que mandar más patrullas para que ronden la zona. Allí mismo hay un parquecito que uno no puede ir a sentarse, porque para hacerlo hay que dejar el celular en la casa”, señaló.
El parque al que hizo referencia Aguero es Las Ruinas de Engombe, edificaciones de la época colonial y sitio escogido por varios ciudadanos para realizarse secciones fotográficas, las cuales, según uno de los vigilantes de la zona, “han disminuido”, por la inseguridad que se vive en el área.
Mientras realizaba una sección de fotos a una joven que aparentaba cumplir los 15 años, el fotógrafo Juan Rosa, indignado por la poca seguridad que ha observado en la zona, dijo que solo se traslada a las ruinas los días que frecuenta más gente, para evitar colocarse en una situación de peligro, pero sabe que pese a esto el riesgo es el mismo.
“La inseguridad es muy fuerte, aquí atracan demasiado. Uno se arriesga porque hay que llevar el pan de cada día a la casa. Hay colegas que lo han amenazado con machete para darle machetazo y uno no se va a dejar matar por una cosa que se puede conseguir más adelante, uno lo que hace es que entrega. Uno está aquí a la buena de Dios”, expresó Rosa
Los colmados de la zona, según los comerciantes, han corrido la misma suerte y pese a que presentan videos captados por las cámaras y fotografías, tampoco han obtenido respuesta.
Moradores han realizado varias protestas en demanda de mayor seguridad, pero «hasta el momento las mismas no han surtido efecto y los delincuentes continúan al asecho».