El consorcio ruso Gazprom puso en duda que se restablezca el gasoducto ruso-alemán Nord Stream 1 ante «la imposibilidad» de retornar una turbina que se encuentra en reparación en Canadá, que Ottawa, dijo que la entregará a la empresa alemana ‘Siemens Energy’.
Sin embargo, las dudas sobre el uso del abastecimiento como «arma de presión» hacia Berlín y otros países europeos siguen vigentes en el marco de la guerra entre Moscú y Kiev.
Gazprom, insiste que no puede garantizar el retorno del suministro seguro a través de este gasoducto que conecta desde Víborg, en Rusia, hasta Greifswald, en el norte de Alemania, ante la imposibilidad del retorno de una turbina.
El pasado 11 de julio la compañía rusa anunció una suspensión de 10 días en el suministro de gas a través de las tuberías del Nord Stream 1, por «mantenimiento», una versión puesta en tela de juicio desde el Bundestag alemán.
Una turbina averiada que permite alimentar una estación de compresores, esencial para asegurar la presión en el envío del suministro de gas, fue la causa de esta suspensión. La reparación de esta ha sido usada desde Rusia para justificar, desde el mes pasado, una reducción del flujo total.
En Twitter la compañía publicó que «no tenía ningún documento que permitiera la importación de la turbina», lo cual afecta directamente el gasoducto.
El Nord Stream, uno de los gasoductos más extensos del mundo, con más de 1.200 km a través del mar Báltico, fue una de las principales obras promovidas por Rusia para evadir el paso físico por países como Ucrania, Belarús, Polonia o Estonia, entre otros países, y de esta manera controlar directamente el flujo.