Dr. Octavio Féliz Vidal
Penetran como lanzas en el corazón las decepciones. Las altas expectativas que tenemos de la persona a la que amamos nos colocan en vulnerabilidad frente al dolor.
Esa mezcla de pena y esperanzas que no se cumplen, van dejando ese sabor amargo; que marea el alma y que nos hace sentir que una relación no nos brinda felicidad.
Es muy común encontrar parejas que tienen grandes dosis de afecto, pero el dolor en sus relaciones es tan intenso que el malestar es lo prioritario. Se lleva una cuenta de las injusticias recibidas y la satisfacción que se recibe a veces no compensa tanto dolor.
La injusticia relacional significa que recibimos menos de lo que aportamos en una relación. En relaciones injustas nuestro aporte a la relación lo pagan con maltratos psicológicos y físicos. El abuso puede ser económico y existencial. Hay personas que son especialistas en torturar emocionalmente a su pareja.
Realizan manipulación psicológica, luz de gas y otras técnicas que someten a la víctima en estados de indefensión. Es en ese momento que desde fuera decimos que a algunas personas le gusta el maltrato.
El estado de indefensión le quita a la gente la capacidad de defenderse, por esa razón se requiere ayuda externa como grupos de apoyo o terapia de pareja o familiar.
Al entregar demasiado y aportar a la relacion: mientras la otra persona aporta dolor, tortura y maltrato: hay injusticia relacional que se siente como dolor emocional y que afecta las emociones y crea infelicidad.
*Autor es médico terapeuta familiar y sexual