Autoridades chinas confinaron este martes a residentes de Xiamen, ciudad de 5 millones de habitantes y una de las más pobladas de la provincia suroriental de Fujian, por un rebrote de COVID-19.
La Comisión Nacional de Sanidad de China informó que de los 60 nuevos contagios locales diagnosticados el lunes (59 confirmados y un asintomático), 32 se localizaron en Xiamen, y análisis preliminares citados por la prensa local apuntaron a la presencia de la más virulenta variante Delta.
El diario local The Paper avisó de la entrada en vigor, desde la pasada medianoche local (18:00 CET del lunes), de la suspensión de los servicios de autobuses de larga distancia, como parte de una serie de medidas que incluyen la vuelta a las clases por internet para los estudiantes desde la guardería a la universidad y el cierre de todos los lugares de recreo.
La prensa local también indicó que todos los complejos residenciales de Xiamen permanecerán en «circuito cerrado», lo que impide a los residentes abandonarlos, y solo se dejará acceder al aeropuerto de la ciudad a aquellos viajeros que presenten un resultado negativo de análisis de ácido nucleico realizado como máximo 48 horas antes.