Estados Unidos anunció este viernes la designación de dos pandillas haitianas como «organizaciones terroristas extranjeras», en momento en el que estos grupos intentan extender su control territorial en Haití, país vecino de la República Dominicana.
El país más pobre de América ha sufrido durante mucho tiempo la violencia de bandas criminales, acusadas de asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros, en un contexto de inestabilidad política, las cuales han sido de alguna manera impulsada por la misma clase gobernante de Haití.
Más de 1,600 personas, en su mayoría miembros de bandas, fueron asesinadas en Haití durante los tres primeros meses de 2025, anunció el miércoles la ONU.
«El Departamento de Estado ha designado a Viv Ansanm y Gran Grif como organizaciones terroristas extranjeras», declaró el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, en un comunicado. «La era de la impunidad para quienes apoyan la violencia en Haití ha llegado a su fin», añade.
Las pandillas haitianas «son la principal fuente de inestabilidad y violencia» en el país y «suponen una amenaza directa para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos» en América Latina y el Caribe, asegura Rubio.
Porque «su objetivo final -dice- es crear un Estado controlado por las pandillas, en el que el tráfico ilícito y otras actividades delictivas operen con total libertad y aterroricen a los ciudadanos haitianos».
Estados Unidos ya ha designado como organizaciones «terroristas» a cárteles mexicanos y dos pandillas: el Tren de Aragua y la MS-13. Haití, gobernado por instituciones de transición, vive un nuevo recrudecimiento de la violencia desde mediados de febrero.
Las bandas controlan alrededor del 85 % de Puerto Príncipe, según la ONU, y han intensificado sus ataques en varias zonas que antes escapaban a su control, sembrando el terror entre la población.
Todo ello a pesar del despliegue parcial de una misión multinacional de seguridad dirigida por Kenia para ayudar a la policía haitiana. La misión cuenta con unos 1,000 policías de seis países, muy lejos aún de los 2,500 previstos.