El reciente protocolo de salud implementado como parte de las medidas migratorias adoptadas por el gobierno de la República Dominicana, encabezado por el presidente Luis Abinader, «discriminan» y «violentan derechos fundamentales» de la persona inmigrante, afirmó Amnistía Internacional.
El protocolo exige a las personas migrantes presentar identificación, carta de trabajo y comprobante domiciliario para acceder a servicios médicos en hospitales públicos, además, establece que quienes se encuentren en situación migratoria irregular serán deportados una vez reciban la atención médica.
Amnistía Internacional ha señalado que estas disposiciones no solo violan el derecho a la salud, sino que, también, deshumanizan a las personas sin documentación, disuadiéndolas de buscar atención médica y poniendo vidas en peligro.
«La implementación de un sistema que expone a las personas migrantes a la deportación tras recibir atención médica no solo viola el derecho a la salud, sino que deshumaniza a personas sin documentación y seguramente las disuadirá de acudir a hospitales», afirmó Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
También, destacó que estas medidas contradicen las obligaciones internacionales adquiridas por el Estado dominicano y el principio constitucional de acceso gratuito y universal a la salud.
Según el organismo, las barreras de acceso a servicios públicos afectan de manera crítica a grupos vulnerables: niñez y mujeres embarazadas migrantes, quienes enfrentan estigmatización por ejercer su derecho a la salud.
Desde octubre de 2024, se han ejecutado más de 180,000 deportaciones, muchas de ellas colectivas, constituyendo una práctica prohibida por el derecho internacional.
Amnistía Internacional ha emitido una acción urgente para exigir que se detengan estas expulsiones y se revoquen las políticas migratorias discriminatorias.
«El gobierno debe adoptar medidas concretas contra la discriminación racial, garantizar el acceso a protección internacional para las personas necesitadas y asegurar un entorno libre de estigmatización», añade Piquer.