El Consorcio Energético Manzanillo Gas & Power (conformado por Haina Investment Company, Shell Gas & Power Development y Energía de las Américas), ha destruido más de 500,000 metros cuadrados de bosque seco subtropical costero en la comunidad de Manzanillo, área esencial para la actividad apícola.
Así lo ha denunciado el presidente del Centro Bahía de Manzanillo para el Desarrollo Regional (CEBAMDER), Frank Valenzuela, quien afirma que esta «devastación» arruina el sustento económico de decenas de productores de miel y sus familias, provocándole graves consecuencias económicas.
Ante esta situación, CEBAMDER exige al consorcio implementar urgentemente el restablecimiento del medio económico y de vida de los productores afectados.
Según Frank Valenzuela, presidente de la entidad, la deforestación ejecutada sin estudios previos ni consultas comunitarias eliminó un valioso ecosistema subtropical conocido como en la comunidad como «el bosque de miel», área clave para producir miel gracias a especies melíferas que allí existían como el cambrón, campeche, croton, guayacán, cayuco y vinagrillo, entre otras.
Esta acción destructora redujo en más de un 75% la producción apícola local, dejando a decenas de familias sin ingresos y en condiciones de pobreza.
Reveló que en junio de 2024, apicultores participaron en una reunión convocada por la consultora EMPACA, contratada por el consorcio luego de la presión ciudadana, con el objetivo de establecer las bases de un Plan de Restablecimiento de Medios de Vida tras la destrucción de más de 500,000 metros cuadrados de bosque seco, la base productiva del sector apícola local, a causa del proyecto energético.
En esa reunión -asegura- se expuso el grave impacto económico y ecológico sufrido por los productores apícolas, proponiendo la reforestación inmediata con especies melíferas, reubicación de apiarios y creación de fondos para compensar las pérdidas generadas, sin embargo, aunque representantes de Manzanillo Gas & Power hicieron visitas de campo, las promesas nunca se concretaron en acciones reales.
Productores desesperados enviaron una carta al Consorcio en agosto de 2024 solicitando una compensación justa y restauración ambiental urgente, pero nunca recibieron respuesta, cuya indiferencia profundizó más el sentimiento de abandono y frustración en la comunidad apícola.
Recientemente la empresa planteó indemnizar solo 2 apicultores, a quienes exigió esperar 24 meses adicionales para recibir cualquier apoyo, generando «indignación y rechazo total» de los otros productores, calificando la propuesta como «una burla cruel» y una estrategia para dividir a la comunidad, mientras sus condiciones económicas se deterioran drásticamente día tras día.
Cebamder afirma esta crisis no solo afecta la producción de miel, que en 2021 fue más de 20 toneladas cada año generando alrededor de 12 millones de pesos, sino que, también, destruyó apiarios dedicados a la cría de abejas reinas, esenciales para la biodiversidad y sostenibilidad del sector apícola.
Ahora los productores deben recurrir a la alimentación artificial de sus abejas, incurriendo en deudas y costos adicionales que aumentan su vulnerabilidad económica.
Complicidad
La organización acusó de complicidad a «bancos internacionales» porque financian el proyecto energético sin verificar previamente las violaciones ambientales cometidas, cuestionando duramente el doble discurso de instituciones financieras que proclaman apoyar políticas sostenibles mientras permiten esta devastación ecológica y económica.
«El daño ambiental supera el ámbito apícola: el área devastada funcionaba también como regulador climático y protector contra la erosión y desertificación. Expertos en ecología han advertido que replantar algunas acacias no sustituye el complejo ecosistema perdido, cuya recuperación tomaría décadas», dicen.
Frank Valenzuela, dijo que la entidad que preside y la comunidad llaman la atención del presidente Luis Abinader, a quien exigen intervención directa para una auditoría independiente al proyecto energético, imponer las sanciones por la tala ilegal e implementar un plan real y efectivo de restauración ambiental y compensación económica a los productores afectados.
De igual modo, solicitan apoyo internacional, elevando denuncias ante organismos como ONU Medio Ambiente y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), además, notifica a bancos de desarrollo regional como el BID y el Banco Mundial sobre las prácticas insostenibles del Consorcio Manzanillo Gas & Power.
Afirman que «no buscan limosnas, sino justicia ambiental» para la comunidad de Manzanillo, afectadas por esta práctica destructiva del Consorcio energético.