La Casa Blanca expresó su desacuerdo con España, Noruega e Irlanda de reconocer a Palestina como un estado independiente el próximo 28 de mayo. Para la Administración Biden la solución de dos Estados debe ser el resultado de negociaciones diplomáticas directas.
La decisión de España, Noruega e Irlanda de reconocer a Palestina como un estado independiente se produce en medio de las crecientes tensiones por la guerra entre Israel y Hamás, así como la reciente solicitud de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) de órdenes de arresto contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y los líderes de Hamás.
En respuesta, el ministro de Exteriores de Israel, Yisrael Katz, llamó este miércoles a consultas a sus embajadores en España, Irlanda y Noruega tras el anuncio, y advirtió de las “consecuencias graves” que tendrá la postura para los tres países.
“Irlanda y Noruega tienen la intención de enviar un mensaje a los palestinos y al mundo entero hoy: el terrorismo merece la pena”, declaró Katz en un comunicado, y advirtió que reconocer a Palestina equivaldría a “recompensar a Hamás”.
Asimismo, Yisrael llamó a consultas de su embajadora en España, Rodica Radian-Gordon, tras el anuncio del gobierno presidido por Pedro Sánchez.
La Administración Biden ha sido el principal aliado de Israel desde el comienzo de la guerra de Gaza en octubre. Sin embargo, esta postura ha generado preocupación dentro de la campaña demócrata sobre la posible pérdida de apoyo de colectivos clave, como los jóvenes y la comunidad árabe, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
En numerosas ocasiones durante los últimos meses, el presidente Biden ha defendido su postura respecto a Israel, a pesar de algunos desacuerdos por el proceder de las fuerzas israelíes en Gaza. En un acto público este pasado fin de semana, el presidente dijo que la solución de los dos estados es “la única solución en la que las personas viven en paz, seguridad y dignidad”.