Con casi un metro de diámetro y un revestimiento de púas, unas boyas esféricas son la última herramienta de la que echa mano el gobierno de Texas para evitar el cruce de migrantes indocumentados en el río que separa a México de Estados Unidos.
“Hoy comienza la instalación de una nueva barrera marina”, anunció el viernes pasado el gobernador de Texas, Greg Abbott, como parte de su controvertida operación migratoria “Lone Star”, la cual incluye el traslado masivo de migrantes a ciudades “santuario” de otros estados.
El mandatario republicano compartió imágenes de maquinaria descargando las boyas en los márgenes del río Bravo (llamado Grande en EE.UU.), cerca de la ciudad de Eagle Pass.
El río cubre la mitad este de los más de 3.000 km de la frontera de Estados Unidos y México.
El plan de Abbott es instalar las boyas con púas en una extensión de unos 300 metros cerca de Eagle Pass, que colinda con la ciudad mexicana de Piedras Negras, un transitado paso de migrantes indocumentados hacia EE.UU.