El Colegio Médico Dominicano (CMD), así como sus Sociedades Médicas Especializadas (SME), no están «contenton» con el actual gobierno, por el poco avance que hay con relación a las exigencias que hacen a favor de los galenos como de la propia población.
El CMD y las SME, revelaron que luego de 4 meses de encuentros y más de 14 reuniones, aún no hay un final feliz que satisfaga a la clase médica dominicana en lo relativo a sus demandas al actual gobierno.
El Comité de Honorarios, que encabeza el ministro de Trabajo, Luis Miguel Decamps, hasta el momento no presenta una propuesta satisfaga a los galenos ante su exigencia para que se revisen las tarifas y honorarios médicos.
Suspende conversaciones con el gobierno
El gremio informó que suspendió las conversaciones que sostenía con el Comité de Honorarios para dar respuesta a sus exigencias de mejores condiciones en lo relativo a las tarifaas y los honorarios médicos.
En ese sentido tanto el CMD como las Sociedades Médicas Especializadas, retomarán el plan de lucha en «pausa» por las negociaciones.
Para este miércoles, el gremio convocó a todos sus miembros a una asamblea general para trazar el camino a seguir a partir de ahora frente al nuevo engaño del gobierno que preside Luis Abinader.
El presidente del CMD, Senén Rufino Caba, recordó que el Comité de Honorarios se activó producto de los acuerdos entre el gobierno, que encabezó la vicepresidenta Raquel Peña, a mediados del pasado marzo de 2023, luego de meses de luchas.
Exigen mejorar los honorarios y tarifas que reciben los médicos por servicios prestados a los afiliados al Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS).
Un engaño vulgar
“La realidad es que todo volvió a ser un engaño, una celada, una chicana vulgar para desgastarnos en la lucha, ganado tiempo en un diálogo fútil, anodino. Que equivocados están, 134 años de éxitos no se consiguen así por así”, afirmó Caba en rueda de prensa.
Dijo que no es posible que cuatro meses de encuentros, más de 14 reuniones, a estas alturas el citado comité, no haya elaborado una propuesta que «mínimamente» llene las expectativas “de quienes acudimos hasta allí, bajo la promesa de que era el camino expedito para ponernos de acuerdo”.
Considera que resulta una verdadera decepción perder una oportunidad estelar para iniciar un proceso de «recuperar la confianza perdida» en un organismo cuyo desprestigio lo tenía sometido en un lugar ostrácico, generador de desconfianza por su inoperancia y complicidades alevosas.