El historiador y catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Dante Ortiz Núñez, afirmó que en el proceso de construcción de su identidad como pueblo-nación la naciente República Dominicana se enfrentó un ingrediente muy marcado: el hecho de que la élite de entonces no se sentía ni se asumía como dominicana.
Ortiz Núñez, miembro de la Academia Dominicana de la Historia (ADH), recordó que cuando existe el pueblo-nación e inicia su proceso de reconocimiento en lo cultural, habla, religión, así como en sus variantes lingüísticos-culturales, enfrentó ese elemento de la élite dominantes de la época.
“Sin embargo, dijo que esa élite dominante (de República Dominicana), que era la de mayor peso económico, no se sentía dominicana, tampoco no sentía que era parte de una nueva realidad antropológica y, en cambio, decían que eran españoles, pero “cuando nos dominó Francia del 2 hasta el 9, decían que eran franceses”, expuso.
Señaló que, al salir del dominio francés, esa élite dominante vuelve hacer colonia de España, del 1809 al 1821 y que, cuando Núñez de Cáceres intenta la independencia no le apoyan y prefieren que entren los haitianos, no le ponen resistencia y colaboran con los actores del país vecino.
“De manera que la élite, la de mayor peso económico y social, no se sentía independentista, porque no se sentía dominicana”, expuso al participar en el programa “Acción de la Tarde”, que se transmite por la emisora Palma.
Papel de los Trinitarios
El catedrático universitario e historiador, dijo que ante esa acción de las élites dominantes, tanto en lo económico como en lo social en la entonces República Dominicana, es que Juan Pablo Duarte y los trinitarios crean una atmosfera independentista en el país.
Recordó que en el país, concretamente en Baní, a la mitad del siglo XVIII, hubo historiador de nombre Peguero, quien habló por primera vez de quién eran o no dominicano-a.
“En el año de 1604 hubo una rebelión en lo que hoy es Haití y el líder de ella, Hernando Montoro, dijo que él era dominicano, que no era español, mientras que rasando el siglo XVIII un sacerdote moreno, mulato, escribió un libro llamado el valor de la isla Hispaniola en el que sostenía que era dominicano, también un filósofo dominicano, que era poco conocido, llamado López Medrano, escribió e insistió en que había una identidad llamada dominicano”, expuso.
Recordó que Núñez de Cáceres habló de esa identidad dominicana y que los manifiestos de entonces nos identificaban como tal, incluso, “los haitianos nos llamaban a nosotros dominicanos”.
“Además del pueblo-nación, había un gentilicio, porque la gente se identificaba, tenía conciencia de que eran dominicanos”, expuso durante su participación en el citado programa de radio que se transmite desde Barahona.
Sin embargo, Dante Ortiz Núñez, dijo que las élites económicas y sociales de entonces preferían ignorar ese proceso de identidad “pueblo-nación”, pero prefería seguir bajo el yugo colonial (español o francés), así como separarse de Haití.
“Porque eran racistas, no le molestaba que nos dominaran los haitianos, sino porque ellos eran negros, de la misma manera en que odian a los negros y pobres dominicanos”, afirmó Ortiz Núñez.
En ese sentido, dijo que esperaban anexar el país a “cualquier potencia extranjera”, ya que nos separamos de Haití para eso, pero “los trinitarios nunca hablaron de separación”.
Élites estaban divididas
Precisó que las élites dominantes tenían división interna, ya que entre ellos no tenían mucha claridad hacia qué colonia anexar a República Dominicana, ya unos establecían que debía ser a España, Francia, Inglaterra y un grupo prefería a los Estados Unidos.
“Por eso en 1843 ese grupo firma un documento “el Plan Nevarrer”, para entregarle el país a Francia y en 1861, hacen la anexión a España, pero en 1874 intentan anexarnos a los Estados Unidos”.
Afirmó que toda maniobra de las élites dominantes y económicas obedecen a que ellos no eran “independentistas” como promovían Juan Pablo Duarte y los trinitarios, no la “separatistas” como era el interés de esas élites dominantes.