El bagazo «tiene un mal renombre». A las personas no le gusta comparen o le digan “te dejaron como un bagazo”. Es normal escuchar esta palabra, precisamente entre los cañeros que mendigan una pensión al Estado dominicano, luego de dejar el «cuero» en los campos cañeros dominicanos y como respuesta reciben la «desatención» de las autoridades, pese a los compromisos que asumió el actual gobierno con ellos.
Sin embargo, este subproducto (bagazo) que se obtiene de la caña de azúcar que anteriormente no aprovechaban los arrendatarios del ingenio Barahona, ahora el Consorcio Azucarero Central (CAC), le dará valor, pues informó que obtuvo una licencia definitiva para generar energía renovable, a través del proyecto “Energía Renovable Ingenio Barahona”, que tendrá el bagazo como fuente primaria.
Para producir energía limpia, con menor impacto al medio ambiente, el central azucarero local tendrá como recurso fundamental la biomasa, un subproducto que es resultante del bagazo de la caña de azúcar, que no se aprovechaba anteriormente para generar riquezas desde la historia misma del central azucarero local.
La concesión que otorgó el gobierno dominicano, a través de la Comisión Nacional de Energía (CNE), mediante la resolución NUM-CNE-CD-IRE-001-2023, establece que con esta licencia definitiva el país tendrá otra fuente de energía disponible con capacidad de generar 7 megavatios que serían incorporados al sistema energético nacional.
La gestión de la licencia definitiva para generar energía con biomasa, consolida al CAC en la región y en el país como una de las principales empresas, que cumple con los estándares nacionales e internacionales en materia de producción energética, con iniciativas que mitigan una de las grandes necesidades de la población, como lo es la energía eléctrica.
El contrato fue suscrito por Virgilio Ernesto Pérez Bernal, presidente del Consejo de Administración del CAC y Edward Veras, director Ejecutivo de la CNE, en un acto realizado en las instalaciones de ese organismo en Santo Domingo.
El bagazo o biomasa de la caña tiene un gran potencial para producir electricidad, por lo que ofrece opciones de energía renovable que promueven el desarrollo sostenible, el aprovechamiento de los recursos domésticos y la competitividad en la industria, abordando de manera rentable la mitigación climática y otros objetivos ambientales.