La soberanía energética de República Dominicana está en que dé un giro hacia la energía renovable, afirman el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático (CNLCC) e Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente (INSAPROMA).
En ese sentido VNLCC e Insaproma, exhortan al presidente Luis Abinader y a su Gobierno a tener voluntad política, así como el coraje necesario para hacer esta transición energética que evitará que el país colapse y «quede atrapado en una crisis tipo Sri Lanka».
Creen posible instalar en ek país 1,760 megavatios de energía renovable de aquí a 2024, para sustituir la electricidad que produce la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC) y otras tres plantas, para lo cual sugieren convocar subastas internacionales de energías renovables e instalación masiva de paneles solares en techos de edificios públicos y residencias que genere toda la electricidad que actualmente se produce con la quema de carbón.
Explican que mediante subastas se podría instalar 1,100 megavatios de energías renovables y con el programa de energía distribuida en techos, otros 660 en un plazo de un año y medio a dos.
Afirman que celebrar la Semana Climática Regional de América Latina y el Caribe en Santo Domingo, dejó claro que para las autoridades dominicanas la doble lección de que no será posible continuar dependiendo de los combustibles fósiles y que es completamente viable sustituir a corto plazo la electricidad producida por el carbón.
“Después de transcurrida la Semana Climática Regional surge la meta de cerrar Punta Catalina y otras tres plantas que operan a carbón en el país, por su alta y letal contaminación, que permitirá, también, cumplir compromisos contraídos por el Gobierno dominicano para combatir el cambio climático”, señalan.
Señalan que lo que reveló recientemente el estudio sobre la contaminación de Punta Catalina, que cubre gran parte del país, todo Haití y alcanza las costas este de Cuba y de Jamaica, con una letalidad de miles de muertes prematuras en los 30 años de vida útil de estas plantas, obligan a priorizar el final del carbón en el país.
De aplicar el plan que sugieren (subastas internacionales e instalación masiva de paneles solares en techos), se logra en 2024 alcanzar una matriz eléctrica con alrededor de un 50% de energías renovables y reducir en más de un 25% las emisiones de dióxido de carbono, así como otros gases de efecto invernadero.
Sugirien que los US$1,100 millones que el Fondo de Inversión Climática del G-20 destinó a República Dominicana a través del Banco Mundial, usarlos para reemplazar el carbón por energías renovables para construir las líneas de transmisión, necesarias para conducir la electricidad generada por las nuevas granjas solares y eólicas hacia los centros que demandan esta energía.
El programa de instalar paneles en techos se aplicará un modelo de financiamiento mixto entre el Estado y fondos de las cooperativas debidamente garantizados, con el que las familias podrán disponer de sistemas solares con la misma cantidad de dinero con que pagan actualmente la factura eléctrica o tal vez con menos.
“Después de cuatro años, las familias serán dueñas de los paneles solares y por lo menos otros 20, no tendrán que pagar electricidad”, observan.
Afirman que la única manera que tiene el país para enfrentar la presente crisis energética desatada por la guerra entre Rusia y Ucrania, es lograr soberanía energética a través de la adopción de las energías renovables.