Tomás Aquino Méndez
Cuando se anunció la creación del Gabinete del Agua, sentimos una gran satisfacción. Pensamos que una de sus prioridades seria la recuperación de las cuencas hidrográficas, protegiéndolas, e iniciando una siembra masiva de árboles.
También que llevaría conciencia al ciudadano sobre la importancia de su preservación, haciendo campañas sobre el correcto uso y aprovechamiento del líquido. Sin estas acciones, el agua podría escasear en corto tiempo en nuestro país.
Son urgentes estos planes. Se debe, además trabajar para corregir el manejo inadecuado y la falta de mantenimiento a las tuberías matrices de nuestros acueductos, la cantidad de fugas en conexiones externas e internas en los hogares.
Otro gran reto para ese gabinete, es buscar solución al desperdicio por el arcaico sistema de riego por inundación, que es usado por grandes, pequeños y medianos productores agropecuarios.
A todo esto se agrega la falta de presas para la mayor conservación del agua que producen nuestros ríos y arroyos. Si de verdad se quiere garantizar el agua, hay que hacer UN PACTO con la naturaleza, que incluya un amplio y permanente programa de reforestación en todas las cuencas y microcuencas. La producción y la preservación del agua es compromiso de todos.
Por eso las presas, tanto las existentes, como las que están en vía de ejecución, son LA CLAVE para lograr esos objetivos. Monte Grande en el Sur, es uno de esos proyectos que no puede esperar. El presidente Luis Abinader debe acelerar los trabajos del Gabinete del Agua. El Congreso tiene que hacer realidad la Ley del Agua. Es necesario un GRAN PACTO POR EL AGUA.
Ese debe ser el principal reto del recién designado Pavel Isa. Su ministerio debe sentar las bases para que tengamos la suficiente producción de agua, vital para la preservación de la vida DE TODOS.3