Por : Manuel Salazar.
El candidato del gobierno a la Rectoría de la UASD ha ganado las elecciones de manera holgada, tras una ofensiva de ministros, gobernadores, otros funcionarios del poder ejecutivo y de congresistas del partido oficial que constataron que su propuesta tenía perdida la partida siete días antes de las elecciones y por decisión del gobierno se lanzaron con todo a revertir la tendencia.
Aunque en los resultados hay contrastes como los de que el Dr. Asjana ganó seis de nueve decanatos y los restantes tres van a segunda vuelta. Es decir, el candidato del gobierno ganó la Rectoría, pero no ganó hasta ahora ningún decanato, siendo los mismos votantes para uno y otro nivel.
Contraste también hay en los resultados de los centros regionales de la región sur. Aquí los candidatos del Dr. Asjana ganaron en Barahona, San Juan de la Maguana y Baní. Tres de cuatro centros.
Son casos a reflexionar porque el Dr. Asjana pierde para rector, pero gana la mayoría de los decanatos, y lo propio sucede en los centros de la región sur.
En unos cortes del 15 de febrero y el 9 de marzo se tenía datos de la caída del candidato del gobierno y la perspectiva al ascenso del Dr. Jorge Asjana. El 5 de junio este mostraba una significativa posibilidad de victoria, según los datos de un estudio del mismo oficialismo.
Y aquí se encendió la preocupación del gobierno.
Un gobierno a la baja en la percepción general de la sociedad, que por demás busca la reelección, tenía que evitar una derrota que podía ser tipo «jaque», dado el simbolismo de la UASD, el más concurrido y emblemático centro cultural y académico, al que concurren personas de todo el país. Lo que sucede en la UASD expresa en mucho el sentir del país.
El gobierno a la baja en la conciencia colectiva, que por demás sufrió una derrota emblemática hace meses en la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), tenía que evitar una derrota y para eso no hizo cálculos de métodos a emplear, ni qué ni cuánto invertir. Recursos del poder, objetivos-materiales, y subjetivos como el chantaje y la amenaza, fueron puestos en movimiento.
Como hicieron los gobiernos del PLD en situaciones parecidas hasta hartar a la sociedad y provocar un levantamiento cívico que se expresó en su derrota en las elecciones del 5 de julio del 2020.
En estas elecciones en la UASD el gobierno observó la posibilidad de la derrota, valoró escenarios, se la jugó y ganó. Ahora queda valorar, más que los datos electorales, lo que hay de fondo en la experiencia.
Las energías deben ser dedicadas a evaluar el estado de los valores que hacen posible la inmersión exitosa del poder del gobierno en la conciencia de académicos para llevar a estos a que elijan como su principal autoridad a una persona que, si bien pudo haber sido buen vicerrector administrativo, parece que sí lo fue; pero que comenzó a reducir de manera estrepitosa en las preferencias de los votantes desde que dio muestras sobradas de no poder formular siquiera propuestas académicas.
Entonces el gobierno se inmiscuye con su poder material. Insólito. Casi macondiano.
Lo dijeron Carlos Marx y Federico Engels: «los valores dominantes en la sociedad son los de las clases dominantes». Y demás en más, estas clases han impuesto los valores del mercado a tal punto que ya está consolidada la compra y venta de conciencias.
Uno de los singulares aportes de Antonio Gramsci a la lucha revolucionaria es, precisamente, haber establecido como condición para que esta tenga éxito la necesidad de desmontar de la conciencia colectiva los valores hegemónicos de las clases dominantes.
La UASD es parte de la sociedad y está bajo la influencia de los valores que la dominan. Solo así se puede entender el resultado de las elecciones para rector.
Apelar al abuso del poder deja mal señalado al gobierno que lo afirma como recurrente a los mismos métodos que usaron sus antecesores, a los que se supone negaría. Y aunque logra su objetivo de ganar en la UASD, se cualquieriza cayendo en lo mismo que prometió superar cuando sus incumbentes eran oposición al PLD.
Al país político le queda una lección. ¿Cuál es? Comprender de una vez y por todas que en la cuestión de la búsqueda del poder hay que derrotar al poder material; pero esto solo es posible si se derrota el poder de los valores que surgen del poder material que se busca derrotar.
Si el sistema clientelar se expresa con connotaciones macondianas en un centro de la cultura, las ideas y la ciencia en general como es la UASD, hay que estimar la envergadura de la tarea que significa derrotar ese flagelo en la sociedad política.
El equipo de trabajo del Dr. Asjana, que con éxito desarrolló una labor de resistencia a los valores dominantes, llegando a derrotarlos hasta que el poder del gobierno intervino, tiene mucho que aportar en lo adelante desde la misma plataforma de la UASD.