Tomás Aquino Méndez
Como diría Watson Brazobán “Conmigo no te metas, porque yo no me meto contigo”. Amigos de los gobiernos de Leonel Fernández, Danilo Medina y ahora Luis Abinader han “coincidido” en llamarme para decirme: “Tú eres monotemático.
Solo escribes de Monte Grande”. Lo admito. He asumido ese proyecto como parte de mi agenda personal. Desde antes de iniciar su construcción escribo de su necesidad. Los beneficios que dejará a la región Enriquillo. Las ventajas y su importancia en la preservación de vidas.
A cada uno de los que me cree monotemático le he defendido esa línea y no pretendo abandonarla. Solo dejaré de escribir de Monte Grande cuando se oprima el botón que la deje inaugurada. He criticado y elogiado a cada presidente que la ha tenido en su agenda y ha prometido concluirla.
He reconocido los avances y condenado los atrasos que se han producido en cada gestión. No es personal. Fui invitado al primer picazo que dio Leonel en el malecón de Barahona para iniciar Monte Grande.
Participé del palazo dado por Danilo en el lugar de la obra y he sido testigo de los compromisos reiterados de Abinader. Los dos primeros se fueron sin cumplir la promesa hecha a los sureños.
El actual tiene esa posibilidad, aunque luce un tanto rezagado y solo se habla entregar una primera parte. La realidad es que Monte Grande tiene que estar de número UNO en la agenda de los senadores, diputados, alcaldes, empresarios, funcionarios y todos los grupos comunitarios y sociales de la región suroeste.
No podemos limitarnos a simples denuncias de atrasos y parálisis en la obra. Tenemos que hacer ALGO MÁS para que el Metro del Sur no se quede a mitad del camino. Empujemos todos en una sola y firme dirección.