Maurice Gourdault-Montagne, exembajador francés en China, Japón, Reino Unido y Alemania, instó en su artículo para el diario parisino «Le Figaro», que publicó el pasado 25 de marzo, a Occidente a reflexionar sobre su propio papel en la crisis que vive Ucrania.
Gourdault-Montagne, sugiere que las acciones adoptadas por Occidente tras el inicio de la operación militar rusa en el país vecino —entre ellas las sanciones impuestas y las cumbres celebradas— no tendrán efecto, porque no afectan la raíz del conflicto.
«No nos hagamos ilusiones excesivas sobre la eficacia de las sanciones», señala el exdiplomático en su artículo en periódico francés.
También, recordó, que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, que ya en su famoso discurso de Múnich en 2007 denunció las provocaciones de la OTAN e instó a no ampliar la alianza hacia el Este, tampoco recibió respuestas a sus preocupaciones de seguridad a finales del año pasado.
Según Gourdault-Montagne, los países occidentales ignoraron las peticiones del presidente ruso que tuvo que asumir el papel del «protector de los rusos» y «unificador de las tierras rusas». «Putin no está loco», afirmó.
«Las advertencias rusas no fueron escuchadas o fueron ignoradas. La confianza que era posible se convirtió en desconfianza y luego en el desafío», escribe el influyente líder de opinión francés.