El gobierno ensayó con su población al decidir, cuando muy pocos, por no decir nadie, se atrevió a dar el paso y organismos, como la OMS/OPS, así como la comunidad científica, aconsejaban a esperar un poco más, hasta que haya data (información) para una tercera dosis de la vacuna contra la Covid19.
El ensayo le salió bien, incluso, ya acaricia una cuarta inoculación que sirva como refuerzo a dominicanas y dominicanos, aunque el Estado judío de Israel caminó primero en ese objetivo, destronándonos del primer lugar. Allí inició el experimento.
Nuevamente el gobierno dominicano está frente a un dilema: autorizar el regreso a clases o postergar el inicio de la docencia para el segundo cuatrimestre del presente año escolar, pero decidió porque más de 2.5 millones de estudiantes se reencuentren en las aulas este próximo 11 de enero, luego de las vacaciones de Navidad y Año Nuevo.
Se trata de una decisión que si bien es cierto tiene lugar en un contexto en que la letalidad es baja, el ingreso de pacientes a hospitales también lo es, no es menos cierto que los contagios se cuentan por miles cada día y, por vía de consecuencia, se siente la ausencia de empleados en sus entornos laborales.
No es juicioso, a menos que su señal no sea la de no dar el brazo a torcer, el hecho que el gobierno, pese a la oposición del profesorado, las observaciones de la comunidad médica y científica, que sugieren aplazar el inicio de las clases, que el Gabinete de Salud, conjuntamente con los ministerios de Educación y de Salud Pública, acuerden un regreso a la docencia presencial.
Recordar que la misión fundamental del Estado es la de proteger a su población y si ese es un derecho ciudadano, no se entiende la razón por la que el gobierno decide en momento en que el país registra máximos históricos de contagios a arriesgarse a que profesores y estudiantes vuelvan a las aulas.
La decisión es lo más parecido al juego de la “ruleta rusa”, un ensayo mortal, que pudiera resultar caro al gobierno, mellándole su ya en declive popularidad e imagen, ambos elementos necesita conservar la administración Abinader en el actual contexto en que se encuentra República Dominicana, como consecuencia de la pandemia.