El ministro presidente del estado federado de Renania Norte-Westfalia (oeste de Alemania), Armin Laschet, decretó este martes confinamiento en el distrito de Gütersloh, donde se ubica el matadero de Tönnies en el que unas 1,500 personas se infectaron de coronavirus.
Estas restricciones durarán al menos hasta el 30 de junio.
Además, las autoridades alemanas llamaron este mismo martes a reforzar la prudencia ante los brotes locales de coronavirus, que han disparado el factor de reproducción de la COVID-19 a valores por encima del 2,03, pese al bajo cómputo de nuevas infecciones en el conjunto del país.
«Hay que observar la máxima prudencia, el virus sigue ahí y tiene un alto potencial de reproducción, como hemos visto en los casos locales mencionados», explicó el director del Instituto Robert Koch (RKI), Lothar Wieler, al presentar las últimas cifras.
En buena parte del país no ha habido apenas nuevas infecciones y en algunos distritos incluso ninguna, destacó Wieler. Pero los brotes locales registrados en un matadero de Gütersloh, así como en un bloque de viviendas de Gotinga (centro) o de un barrio de Berlín evidencian el riesgo de contagios.
El número de contagios verificados, según las cifras del RKI, competente en la materia en el país, es de 190.862, lo que supone un aumento de 503 respecto al día anterior. El número de víctimas mortales subió a 8.895, mientras que el de pacientes recuperados está en 175.700.
El aumento de los últimos días se debe al alto número de contagios revelados en la planta de productos cárnicos de Tönnies en Gütersloh, con unos 1.500 infecciones verificadas desde el pasado sábado. Estos brotes locales han hecho aumentar el factor de reproducción del 1,3 de finales de la semana pasada a los 2,3 y hasta 2,7.