Tomás Aquino Méndez
Me asombran los vídeos e imágenes que sigo viendo en las redes, en medios escritos y televisión abierta, de cantidad de personas en mercados, supermercados y calles.
Me impresiona la cantidad de ciudadanos detenidos por agentes policiales que se arriesgan y ponen en peligro a su familia, saliendo a las calles para obligar a muchos irresponsables a recluirse en sus casas para evitar el contagio con el Covid-19, o en su defecto, servir de propagador del virus.
La mayor indignación la recibí al ver las fotos y vídeos que me llegaron desde mi pueblo, Tamayo. Agrupados, casi unos encima de otros, vi a mis coterráneos arremolinarse en el mercado público, sin que una autoridad pudiera contenerlos y mucho menos que el buen juicio se impusiera.
Pero, cuando los sentimientos se me agolparon todos, fue cuando vi imágenes de cantidad de jóvenes en balnearios, consumiendo alcohol y «tomando» un baño como en tiempos normales de vida divertida.
Los esfuerzos del gobierno han sido muchos. La dirigencia de la oposición se ha ofrecido para ayudar a enfrentar esta pandemia. A los inconscientes le décimos, si no por ustedes, háganlo por nosotros: QUÉDENSE EN SUS CASAS.