Mientras el nuevo ministro Alix Didier Fils-Aimé, asumió este sábado las riendas de un Haití «convulsionado», el día antes (viernes 15 de noviembre), Puerto Príncipe, la capital, cumplió una semana de alta tensión, el primero de esta magnitud desde las turbulencias de finales de febrero.
Esta nueva realidad en la capital haitiana, a mediados de noviembre se observan nuevos establecimientos de campamentos improvisados en establecimientos públicos o terrenos baldíos cercanos, de personas que desesperadas huyen a la violencia de las bandas en sus barrios.
En Bourdon, frente al establecimiento de Mickey Mouse, familias enteras se preparan para instalarse en el patio de fiestas KID, el paado viernes 15 de noviembre.
Armadas con machetes, sobre todo, con mucho coraje, estas familias, bajo un sol abrasador, reúnen postes encontrados aquí y allá, lonas o mantas, para refugiarse.
Niños, jóvenes y mayores, se reúnen en este vasto terreno, donde se amontonan baúles, bolsos y otros objetos. Provienen de los distritos de Solino y Nazón. Perseguidos por las bandas “Viv ansanm”, en estas tierras respiran.
Este terreno, propiedad de KID, es sólo un ejemplo de los nuevos espacios ocupados por desplazados internos. En las instalaciones del establecimiento educativo República del Ecuador, a metros del Ministerio de Planificación y Cooperación Externa (MPCE), así como en las instalaciones de la Oficina de Protección Ciudadana (OPC), cientos de familias ocupan esos espacios símbolos del poder en un país en donde eso se perdió, cuyo control ahora tienen los jefes de banda.
Renée, de 21 años, antiguo residente en Solino, joven superviviente del terremoto del 12 de enero de 2010, perdió ambos pies y se desplaza con la ayuda de prótesis, ahora pierde la tranquilidad.
El 17 de octubre, cuando la coalición lanzó su ataque contra Solino, Renée y su madre huyeron de su casa y encontraron refugio en la residencia de amigos que vivían en Platon Charles y luego en Nazon, una zona fronteriza con Solino, pero el miércoles, ante los rumores de un ataque en esta zona, huyeron nuevamente, esta vez sin destino, antes de encontrar refugio en la OPC.
“Desde hace 4 años no me cambian las prótesis por falta de medios. Se han vuelto demasiado pequeños y tengo dificultades para moverme. A causa del viaje, me lastimé el pie, lo que aumentó mi dolor”, dice Renée. En el OPC, donde vive desde el miércoles, el joven confiesa que duerme como los demás bajo las estrellas, abandonada a los caprichos del tiempo, que no acompaña.
En su última publicación, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), señala que al 13 de noviembre, 4,372 personas se han visto obligadas a desplazarse a causa de la violencia de las pandillas, incluidas 3.856 en Puerto Príncipe.
Según la OIM, el 76% de los desplazados han encontrado refugio en ocho sitios, incluidos dos nuevos creados durante esta semana.