Benny Rodríguez
Desde las primeras horas de la mañana de este domingo era notorio el movimiento de dominicanos y dominicanas por las diferentes calles de Providence, quienes exhibían con orgullo los símbolos patrios, los cuales nos identifican como oriundos-as de la Patria que como legado nos dejaron los padres fundadores de la República: Duarte, Sánchez y Mella.
Con sus Banderas o Escudo, los criollos residentes en esta ciudad estadounidense llevaban sobre sus cuerpos: cabeza, brazos, pechos, incluso, hasta en calzados, lucían orgullo los colores que identifican la insignia tricolor de la República Dominicana.
Esta actividad, cuyos colores de la Bandera fueron plasmados en algunas calles con los del país caribeño, fue con motivo de celebrarse este domingo la “Parada Dominicana” en este estado de los Estados Unidos, previo a los 161 años de la Restauración de la República, a conmemorarse este próximo viernes 16 de agosto.
Toda la avenida La Boad hasta llegar al Roger Williams Park, en donde es celebrada la “Parada Dominicana”, con actos protocolares, presentaciones artísticas, reconocimientos, en los que participan autoridades del estado, estaba copado por criollos sedientos-as de exhibir su dominicanidad en tierras extranjeras.
Nunca faltó la bebida emblemática de dominicanos y dominicanas: su ron o su cerveza, ya sea (Brugal, no importa la denominación y su presidente, ya sea light, normal o dura), eran observados a criollos-as darse sus “petacazos” como si estuviésemos en casa.
Algunos-as pedían un clerén (bebida artesanal fabricada sin tomar en cuenta normas industriales para garantizar salud a quienes lo ingieran, consumen, mayormente, una parte importante de la comunidad nacional dominicana con menos capacidad adquisitiva), pero no tenemos la certeza de que se haya consumido esta bebida alcohólica en esta ciudad de Providence.
Además, en toda el área del Roger Williams Park, nativos-as de la República Dominicana en Providence, jugaban dominó, se contaban anécdotas, las cuales traían consigo sus respectivas carcajadas, mientras el narrador de la historia tomaba un “buche” de ron o cerveza como muestra de respeto y para dar seriedad a las cosas que contaban a sus compatriotas.
La gastronomía dominicana, esas comidas que nos identifican en cualquier lugar del mundo al que vayamos quienes vivimos en los dos tercios de la parte oriental de la isla Hispaniola, ubicado en el mismo corazón del Caribe, ya sea de visita (turista) o porque residamos en cualquier parte del globo, no pudo quedarse atrás, pues nuestros-a compatriotas ingerían alimentos característicos de nuestra gastronomía como si el siguiente día no era lunes, como el merengue de Los Hermanos Rosarios.
Desde la Bandera Nacional: arroz, habichuelas, carnes, ensaladas o el emblemático moro de habichuelas (negras, rojas o pintas), lo críos (pollo o embutidos), nuestros compatriotas comían hasta la saciedad en toda la citada avenida de esta ciudad de Providence las comidas preparadas aquí como si fuese allá.
Las casas ocupadas por dominicanos y dominicanas en esta localidad norteamericana estaban identificadas con sus respectivas Banderas, algunas, incluso, exhibían, también, la Bandera Nacional de los Estados Unidos, como muestra de respeto a este gran país que los acoge y que le da oportunidad de lograr el “sueño americano”, aunque una parte muy ínfima se desvía de los objetivos serios para conseguirlo.
Mientras algunos personajes en las calles de aquí, tocaban tamboras o guayos, dos elementos que forman parte de la música emblemática de la República Dominicana: el merengue, ritmo que conjuntamente con la bachata, no paraban de sonar, los cuales contagiaban a grandes y a chicos, quienes usaban como pista de baile toda esta grande avenida.