Clemente Terrero
Con la venia de los lectores, quiero emitir mi punto de vista sobre la situación de Venezuela. Antes de eso, quiero dejar claro que todos los seres humanos tienen derecho a tener un pensamiento político, que nadie debe ser reprimido por sus ideas, como pasa en los gobiernos autoritarios.
Para que reine la paz y la convivencia en el mundo, hay que respetar la manera de pensar de la gente, el derecho a elegir y ser elegido, un principio fundamental de la democracia por el que se ha derramado tanta sangre en el mundo.
Hay que respetar a todos los que creen en los proyectos de derecha, igual que a los que creen en la izquierda, ese es el ejercicio de la democracia. Los que son de la derecha tienen derechos y los de la izquierda también, porque son parte de la misma realidad social.
Una realidad social es un sistema de permanentes contradicciones, que se explica en la ley de unidad y lucha de contrario. Las contradicciones impulsan los cambios para avanzar y producir bienestar colectivo.
Para que un proyecto político pueda lograr el respaldo de la población, tiene que elaborar propuestas de mejoras, claras y tangibles, que conecte con las aspiraciones del pueblo, con lo que convenga y le beneficie a la gente.
Los conflictos políticos que surgen en un nación tienen que ser resueltos por su propia gente, sin injerencia de ningún poder extranjero. Porque muchos de esos problemas son creados intencionalmente por ellos, para luego aparecer como los salvadores y los campeones de la justicia.
El diálogo es la principal herramienta para solucionar los problemas políticos, empleando procedimientos modernos y democráticos, dejando a un lado la violencia, método que ha sido validado por los gobiernos impopulares, títeres y serviles.
En la historia de la lucha política muchos gobiernos de derecha han sido derrotados por el voto popular en las urnas, lo mismo que muchos gobiernos de izquierda. El que lo hace mal, el pueblo no se la deja pasar, no importa del bando que sea.
La situación de Venezuela tiene que ver con su riqueza petrolera y con la importancia geopolítica que tiene en el ajedrez del dominio mundial. Pero la ambición de la potencia del norte es el principal motivo de ese conflicto que quiere adueñarse esos recursos. Rusia y China se han pronunciado sobre este particular.
Es verdad que los pueblos latinoamericanos tienen que seguir luchando para lograr la independencia nacional, luchar para liberarse del yugo imperial y derrotar a los sectores que han saqueado sus riquezas.
En este conflicto nunca se debe estar de acuerdo con la intervención de la fuerza militar de ninguna nación. La solución de los mismos debe ser interna. No es justo querer imponer a la mala a una persona que no ha ganado unas elecciones, ni usar trampas o métodos represivos en contra de la voluntad popular.
Mi opinión es que, lo que verdaderamente está en juego en las elecciones de Venezuela, es el proyecto de liberación nacional que impulsaron Simón Bolívar, José Martí, Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Gregorio Luperón, Francisco Alberto Caamaño y todos aquellos que han luchado por la soberanía, la autodeterminación, la libertad y la independencia de los pueblos de América Latina.
¡Que viva el voto, que viva la paz!
¡Que viva la democracia y el poder popular!
*Autor médico-pediatra, infectólogo, nativo de Barahona