Obispo Figuereo
Un nuevo conflicto enfrenta a comunidades de la zona cañera con los arrendatarios del ingenio Barahona, esta vez, por la construcción de una carretera que uniría a varias localidades y que supuestamente ha sido detenida su ejecución por el Consorcio Azucarero Central.
En virtud de un contrato administrativo el CAC, supuestamente, paralizó la construcción del tramo carretero que uniría a Tamayo con la vía que conduce a Neyba, luego de pasar por El Palmar.
La obra fue dispuesta por el gobierno luego de décadas de reclamos de la construcción de un puente sobre el canal principal que irriga las plantaciones de caña de la zona. Ese viaducto fue terminado hace apenas 10 días, según declaran pobladores.
Después del puente, ubicado en el barrio La Cuaba, la continuación del tránsito hacia el distrito municipal El Palmar precisa de un tramo carretero de alrededor de tres kilómetros.
La conexión entre esas comunidades productoras de plátanos, guineos y otros rubros, debe, necesariamente, que atravesar las plantaciones de caña del ingenio Barahona.
El profesor Erving Paula celebró con algarabía la terminación del puente sobre el canal de riego, una obra que en Tamayo y El Palmar reclamó por décadas. Paula compartió en sus redes sociales las imágenes de la obra.
Desarrollo agrícola y comercial
Para los productores agrícolas de ambas comunidades, la detención de los trabanos constituye una «puñalada trapera» contra sus sueños de contribuir con el desarrollo agrícola y comercial de la zona cercana, pero de comunicación incómoda.
Además de los predios agrícolas, la vía facilitaría un comercio cada vez más filudo entre las provincias San Juan y Bahoruco, luego de la construcción de una carretera que comunica a ambas provincias, afirma el Comité de Desarrollo El Palmar-La Cuaba, que a la vez deploró el proceder de los arrendatarios del central azucarero local.
Alcibíades Mesa, vocero del Comité, calificó de mezquino el proceder de los administradores del Ingenio Barahona, “toda vez que se trata apenas de menos de 300 metros que, según dicen, están el su área de concesión”.
El representante de la empresa agroindustrial del Estado, de apellido Maríñez, no fue localizado pese a las reiteradas llamadas telefónicas.