El presidente de Kenia, William Ruto, se ha posicionado en contra de la decisión de los países occidentales de utilizar los activos rusos congelados en beneficio de Ucrania. Sus declaraciones se produjeron este sábado en la llamada «cumbre de paz de Ucrania», que tiene lugar en Suiza los días 15 y 16 de junio.
«La apropiación unilateral de activos rusos es ilegal, inaceptable y [representa] una derogación de la Carta de las Naciones Unidas, especialmente para aquellos de nosotros que creemos en la libertad, la justicia, la democracia y el Estado de derecho», dijo el mandatario.
Durante su intervención, Ruto elogió la celebración de la cumbre, pero hizo hincapié en que «no debería ser solo una reunión de amigos». «Debería ser una reunión de amigos y enemigos para tener éxito en esta trayectoria positiva», destacó. El líder keniano insistió en que Rusia también tendría que estar presente en la mesa de negociaciones en vez de quedar excluida del evento por no haber sido invitada.
Hablando sobre el conflicto entre Moscú y Kiev, Ruto lamentó el impacto devastador que este ha tenido en todo el mundo, incluida África. De acuerdo con sus palabras, los agricultores kenianos también sufren las consecuencias negativas por «dos razones»: el aumento del precio de los fertilizantes y el retraso en sus entregas.
El mandatario africano manifestó que, si se quiere poner fin a las hostilidades, es hora de que las partes involucradas «demuestren buena fe, abandonen actitudes inflexibles y suavicen sus posiciones». Considera también que ha llegado el momento de que «los líderes mundiales hablen sobre la paz, negocien la paz» y se embarquen en un esfuerzo colectivo para encontrar una solución al conflicto en Ucrania.
Activos rusos para Kiev
Tras más de un año de discusiones y evaluaciones de riesgos, los líderes del G7 han acordado proporcionar a Ucrania 50.000 millones de dólares antes de finales de año mediante la confiscación de activos rusos congelados.
Según los planes del G7, los fondos se destinarán a las necesidades de Kiev, pero no de forma gratuita, sino a través un préstamo de EE.UU. que se devolverá a partir de los beneficios obtenidos de los más de 300.000 millones de dólares en activos rusos congelados, la mayoría de los cuales se encuentran en países de la Unión Europea.