Yohanna Novas Peña
Es propicio para esta época del año (Semana Santa) hablar del verdadero significado de la muerte de nuestro Señor Jesucristo, que dicho sea de paso, hoy en día se toma para múltiples actividades de diversión, que para reflexionar acerca de la entrega de amor más significativa del mundo, la muerte de Jesús.
A continuación enunciaré una serie de mensajes que dejó Jesucristo en su muerte en la Cruz del calvario. Por ejemplo, la muerte de Jesús significó:
Salvación. Por cuanto nos salvó de la muerte y del pecado. Cita la Escritura en Romanos 3:23-31 (RVR1960) “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”. Se ha de añadir también, el icónico verso de Juan 3: 16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Asimismo, un sin número de referencias bíblicas, que nos hablan de que el sacrificio de Jesucristo en la Cruz conllevó la salvación, liberación y vida para la humanidad.
Otro mensaje de la Cruz es la redención, por cuanto se efectúo la liberación de la humanidad de un sufrimiento o de un castigo. También, por el hecho de que Jesús en su muerte, adquirió o recuperó lo que se había perdido o se encontraba embargado.
La Cruz lleva un mensaje de perdón. 1 Juan 1:9 9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Aun estando en la cruz, Jesús, en un momento de angustia y dolor, exclamó a su padre y dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (Lucas 23: 43).
Por medio de ese sacrificio en el Calvario, el mundo recibió la Paz. Isaías 53: 5 cita: “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él.” Es decir, que él quitó la enemistad o separación que había entre el Creador y su creación y nos reconcilió, nos amistó con el Padre.
La Cruz lleva un mensaje de humillación, pues el Señor Jesucristo se humilló hasta la muerte, y no cualquier muerte, sino muerte de cruz. La muerte más deshonrosa de aquellos tiempos. (Filipenses 2).
Dolor, sufrimiento y sanidad. (Isaías 53:3-9 RVR1960). “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.
Jesús nos enseñó en su muerte y crucifixión, mansedumbre, pues como cordero que fue llevado al matadero, con toda mansedumbre no abrió su boca, enmudeció ante su trasquilador. (Isaías 53: 7).
Obediencia. Debido a que se hizo obediente hasta la muerte. (Filipenses 2).
Padecimiento. El gestor de la Patria dominicana, Juan Pablo Duarte y Diez dijo: “No es la cruz el símbolo del padecimiento, sino el símbolo de la redención “, con esto quiso decir, que aunque Cristo padeció en gran manera, sobre este padecimiento se ha de ver lo que se produjo: “la redención”.
Por último, y no por ello menos importante, la Cruz, lleva un mensaje de amor y misericordia. Todo se llevó a cabo por un acto de amor y por misericordia, pues no merecíamos tal gracia y favor.
Volvemos al texto de inicio y que resume de manera puntual lo que hasta ahora se ha dicho: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8, Reina-Valera 1960). Agregamos también, lo que dice la Biblia en la carta de Tito 3:5, Reina-Valera 1960) que él, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
Este es el mensaje de la Cruz: un mensaje de amor, salvación, sacrificio, compasión, humildad…