Habitantes del municipio Jimaní, provincia Independencia, que viven del la actividad comercial que se desarrolla en el mercado binacional, pasan las de «Caín» por el cierre de la frontera, primero por disposición del gobierno dominicano y, luego, por las autoridades haitianas.
El alcalde del municipiofronterizo Dionisys -Yosandys- Méndez Vólquez, dijo que el municipio fronterizo con Haití, afirmó que frente a esta situación «no recibe apoyo» del gobierno.
El alcalde Méndez Vólquez, se quejó de que su pueblo tiene dos años y medio con la frontera «semi-cerrada» voluntariamente, pero que no reciben ningún tipo de apoyo del gobierno nacional ni de los entes del Estado en particular.
“En el lado nuestro, la frontera está abierta y del lado haitiano cerrada por la ola delincuencial instalados de 20 a 25 kilómetros del corredor”, precisó el ejecutivo municipal.
Explicó que bandas han provocado «merme» el transporte en la zona. “Los inversionistas en Jimaní en materia de transporte han fracasado”, expresó.
“Nosotros no sabemos lo que es un cobro de arbitrio del mercado binacional…, muy diferente a lo que sucede en Dajabón, donde cobran por mesa, cubículos”, observó.
El pasado octubre, el gobierno flexibilizó las medidas para permitir el comercio con el vecino Haití, por ejemplo, dispuso se habiliten corredores comerciales provisionales, pero con estrictas medidas de control militar, registro biométrico obligatorio en las provincias de Dajabón, Elías Piña, Independencia y Pedernales.
Acción que cuestiona el alcalde de Jimaní, tras indicar que “como dominicanos, se percibe que nos doblaron el pulso”.
“Todo sigue igual, entonces, entendemos, que si en su momento, las autoridades diplomáticas hubieran adoptado las medias correctas no había necesidad de llegar hasta ahí”, afirmó el representante del gobierno local de Jimaní.