Tomás Aquino Méndez
Muchos dominicanos pensamos que el país tiene una legislación tan amplia que no necesita una ley más. Sin embargo, no es así. Cada día surgen nuevos proyectos, muchos redundando en aspectos ya existentes. Las motivaciones de los proponentes siempre están “sustentadas”.
Una crea el Día de la corrida de toros, otra ley para establecer el día del compadre y todo se aprueba. Sin embargo, proyectos de trascendencia como la ley de agua o el Código Penal se llenan de polvo en las gavetas de los HONORABLES.
Alguien también propuso un proyecto para evitar que se designen funcionarios con conflictos de intereses. Es decir, que un empresario importador de mariscos, no sea designado en CODOPESCA. Si un ciudadano es propietario de una empresa constructora, no se nombre en Obras Públicas o el Ministerio de Viviendas.
Si hay alguien ligado al sector salud, propietario de una clínica importante o importa medicamentos, que no se designe en el Ministerio de Salud. La lista podría ser larga. Particularmente creo innecesaria una ley para evitar que esto suceda.
Es cuestión de ser ÉTICO y JUICIOSO a la hora de que un Presidente le toque escoger a quienes lo acompañarán a dirigir los destinos de la nación. Como los presidentes de nuestro país son tan poderosos, dejan a un lado los conflictos de intereses y designan donde quiera a sus amigos o compañeros, sin tomar en cuenta si están o no ligados al área donde se designan.
Por eso hoy vemos muchas leyes convertidas en letra muerta y algunas que luego de aprobadas han ido a quedado frisadas en los escritorios de los funcionarios. Basta que nuestros gobernantes tengan la suficiente claridad y compromiso a la hora de decidir quiénes van con él al Estado y los conflictos de intereses desaparecen solo siendo ÉTICOS.