Las reservas de agua de las represas disminuye cada día. Al cierre de la recién finalizada semana el nivel del agua de estas se redujo un metro con relación a la anterior que bajó de 740 millones de metros cúbicos a 670 millones, revela el geólogo, Osiris de León.
De León, aseguró que ese nivel de reservas, en medio de una sequía extendida es insuficiente para cubrir las altas demandas de agua de los acueductos y canales de riego.
Las presas de Monción, Rincón, Hatillo, Jigüey y Sabaneta son las que menos caudales reciben, con apenas entre dos y tres metros cúbicos por segundo, explicó De León e indicó que estos son caudales mínimos comparados con los que normalmente llegan, con salidas de agua que duplican, triplican y cuadruplican esas escasas entradas.
Reitera su llamamiento a la población a comprender la actual situación de sequía y contribuya con el ahorro del agua, pues entiene que la conclusión oficial de esta fase del fenómeno de La Niña coloca al país en un período neutro, pero en tránsito hacia el fenómeno de El Niño para la segunda mitad del presente año, por lo que dijo la sequía regional será más que estacional.
Eso complica el suministro de agua para acueductos, así como restringir casi totalmente el suministro de agua a los canales de riego, reduciendo la producción agrícola entre un 25% y un 40%, lo que obliga a organismos de control a tomar medidas extremas en la administración del vital líquido.
Nivel de las presas
De acuerdo con la información que suminitra el experto, el embalse de la presa de Monción, que abastece al acueducto de la Línea Noroeste, estaba en la pasada semana en 20 metros por debajo de su cota máxima operacional, y esta semana está en 21 metros por debajo, con una entrada inferior a tres metros cúbicos por segundo y una salida entre 16 y 17 metros cúbicos por segundo, por lo que ha sido necesario reducir la salida de agua a unos 10 metros cúbicos por segundo, es decir, un 40% menos de agua.
El embalse de la presa de Valdesia, sobre el río Nizao, y que abastece a los acueductos de Santo Domingo, San Cristóbal y Baní, estaba en la pasada semana en siete metros por debajo de su cota máxima operacional, y esta semana está en 8 metros por debajo, con una entrada de 10 metros cúbicos por segundo y una salida entre 20 metros cúbicos por segundo, gracias a que está consumiendo parte de las reservas de agua de las presas de Jigüey y de Aguacate, porque a Jigüey solo le están entrando dos metros cúbicos por segundo, por lo que el acueducto de Santo Domingo tiene un déficit de 74 millones de galones de agua al día, es decir, 17% menos de agua.
Los embalses de las presas de Tavera y Bao, sobre los ríos Yaque del Norte y Bao, lo cuales abastecen a los acueductos de Santiago y Moca, estaban, la pasada semana, 10 metros por debajo de su cota máxima operacional, y ésta semana están en 11 metros por debajo, con una entrada de 10 metros cúbicos por segundo y una salida anterior de 22 metros cúbicos por segundo.
Estos embalses están reducidos ahora a 17 metros cúbicos por segundo, es decir, casi un 25% menos, lo que afecta a los acueductos de Santiago y Moca.
Observatorio del agua
Cada semana se reúne el Observatorio del Agua, integrado por los titulares de Empresa de Generación Hidroeléctrica (Egehid), Rafael Salazar, del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), Olmedo Caba Romano, de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), Gloria Ceballos, de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), Felipe Suberví, y del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), Wascar Martínez.
En una de sus reuniones se planteó que para asegurar a largo plazo el agua potable se estudian soluciones alternas y ampliadas para el acueducto del Gran Santo Domingo, analizando fuentes adicionales.