Cuando tu cuerpo combate una infección, te sube la fiebre. Si tienes artritis, te dolerán las articulaciones. Si una abeja te pica en la mano, tu mano se hinchará y se pondrá rígida. Todas estas son manifestaciones de inflamación que ocurren en el cuerpo.
¿Qué es la inflamación?
En general, el término inflamación se refiere a todas las actividades del sistema inmunitario que ocurren cuando el cuerpo intenta combatir infecciones reales o potenciales, eliminar moléculas tóxicas o recuperarse de una lesión física.
Hay cinco signos físicos clásicos de inflamación aguda: calor, dolor, enrojecimiento, hinchazón y pérdida de función. Es posible que la inflamación de bajo grado ni siquiera produzca síntomas perceptibles, pero el proceso celular subyacente es el mismo.
Tomemos el caso de una picadura de abeja, por ejemplo. El sistema inmunológico es como una unidad militar con una amplia gama de herramientas en su arsenal. Después de detectar las toxinas, las bacterias y el daño físico de la picadura, el sistema inmunitario despliega varios tipos de células inmunitarias en el sitio de la picadura.
Estas incluyen células T, células B, macrófagos y neutrófilos, entre otras células.
Las células B producen anticuerpos. Esos anticuerpos pueden matar cualquier bacteria en la herida y neutralizar las toxinas de la picadura. Los macrófagos y los neutrófilos engullen las bacterias y las destruyen. Las células T no producen anticuerpos, pero matan cualquier célula infectada por un virus para evitar la propagación viral.
La inflamación como causa de enfermedad
La inflamación es una espada de doble filo. Es fundamental para combatir las infecciones y reparar el tejido dañado, pero cuando la inflamación se produce por razones equivocadas o se vuelve crónica, el daño que provoca puede ser perjudicial.
Las alergias, por ejemplo, se desarrollan cuando el sistema inmunitario reconoce erróneamente sustancias inocuas, como el maní o el polen, como peligrosas. El daño puede ser menor, como picazón en la piel, o peligroso si la garganta de alguien se cierra.
Con el tiempo, la inflamación crónica daña los tejidos y puede provocar muchos trastornos clínicos no infecciosos, como enfermedades cardiovasculares, trastornos neurodegenerativos, obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer.