El origen fundamental de la violencia que adquiere cada individuo, «viene desde el proceso mismo de gestación de los 9 meses de embarazo de la madre» y las condiciones que permiten el desarrollo del feto es determinante en la conducta de una niña o niño.
La afirmación la hace el doctor César E. Castellano, durante “Jornada Académica Psico-Social: Explorando los orígenes de la violencia”, con el objetivo de analizar la conducta neurocognitiva de un individuo, que organiza el Instituto de Criminología y Criminalística, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas (FCJP), de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
El experto, dndicó que los aspectos psico-bilógicos y antropológicos ayudan a entender algunos de los principales elementos de las culturas menos influenciadas por la modernidad, entre las que se encuentran las comunidades apartadas del Amazona, del anti plano y la poblaciones apartadas de Guinea Ecuatorial, donde se realizaron estudios para determinar la violencia donde no hay tecnología.
Explicó que el trato y la relación feto-madre es importante en la formación del cerebro de un bebé recién nacido, los cuidados, el ambiente, el trato de hombre como padre y su ambiente que lo rodea, por lo que el humano es el único ser vivo naciente que dura un proceso de no más de 4 años para desarrollase sin una guía inmediata.
Aclaró, que la formación del cerebro en los seres humanos depende se su evolución; también presentó investigaciones que determinan que los homo heidelbergensis, homo neanderthalensis y homo rhodesiensis, no se desarrollaron sus cerebros o la forma de su cráneo, pero el rhodesiensis lo tenía más amplio y le permitió describir el fuego y comer carne quemada.
Sin embargo, señala que el desarrollo del ser humano actual o homo sapiens, tiene un funcionamiento de celebro completo, dividido por área y conectado por neuronas sensoriales que permite aprender conducta de un tiempo determinado y conocimiento adquirido de otros ambientes.
Castellano, en su ponencia explicó el funcionamiento de los lóbulos en la conducta neurocognitiva de un individuo.
«El lóbulo frontal es más grande del cerebro, ubicado tras la frente, es el que controla los impulsos, la planificación y el razonamiento del ser humano; el lóbulo temporal: se encuentra en los laterales de forma horizontal y pegados a las sienes, es el que vincula la memoria, el procesamiento auditivo y del lenguaje», explicó.
Precisó que esto permite que se pueda dar una repuesta a una información escuchada no visible y que un individuo reaccione a cualquier sonido sin tener que verlo.
«En ese mismo ámbito, el lóbulo parietal se encuentra entre el frontal y el occipital y su función es la de procesar la información sensorial que el cuerpo recibe, así como controlar los movimientos, recibiendo y procesando información visual del lóbulo occipital, el cual está ubicado en la parte posterior del cráneo, cerca de la nuca, siendo la primera zona a la que llega la información visual», significó.
El director del instituto, maestro Rafael Antonio Román, encabezó la actividad que se realizó en el salón multiuso de la Facultad Ciencias Jurídicas y Políticas, quien en sus palabras de bienvenida, dio las gracias a los presentes por su participación en la jornada de conferencias.