El presidente de República Dominicana, Luis Rodolfo Abinader Corona, reiteró este jueves su discurso sobre el vecino Haití, ante la Sesión Protocolar del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Abinader, dijo que la crisis en Haití es multidimensional, los que constituyen en una amenaza a la estabilidad y seguridad, no solo del país, sino de toda la región, por lo que llamó a ese organismo a redoblar los esfuerzos para para mejorar la seguridad de su vecino Estado.
Consideró que esa entidad (OEA), debe crear mecanismos y capacidades relativas al control de armas y municiones que llegan a manos de las organizaciones criminales en Haití.
“Quiero repetirlo para que se grabe en la memoria de esta solemne sesión en el Salón de las Américas: la crisis que desborda las fronteras de Haití es una amenaza para la seguridad nacional de República Dominicana”, enfatizó.
Pidió coordinar con países miembros y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la capacitación, entrenamiento y suministro controlado de la Policía Nacional Haitiana.
Dijo que tan pronto como las condiciones de seguridad lo permitan, se debe colaborar con las autoridades de ese país para organizar un proceso electoral que dé como resultado un gobierno y autoridades electas con liderazgo, legitimidad y respaldo popular.
“La OEA debe continuar desempeñando acciones fundamentales en pro de unas elecciones democráticas, una de ellas es dotar de un adecuado registro civil a toda la población haitiana”, argumentó.
Refirió que este lado de la isla se enfrenta a la posibilidad real de que bandas criminales que operan del otro lado intenten transgredir la integridad territorial y traten de alterar el orden y seguridad ciudadana.
“En el ámbito multilateral, República Dominicana aboga por mandatos robustos de la comunidad internacional que permitan a las autoridades haitianas tener la asistencia y cooperación para superar la violencia y sus causas de manera urgente, fortaleciendo las capacidades de su Estado, lo cual, lamentablemente no ha sido posible hasta el momento”, señaló.
“Haití no puede esperar más: su situación actual la podemos definir como “una Guerra Civil de baja intensidad. Debemos actuar con responsabilidad y se debe actuar ahora. Miles de personas están muriendo”, dijo.
Señaló que la más duradera y robusta respuesta a la crisis haitiana debería venir de los haitianos pero la posibilidad de entendimiento y consenso en esa vecina nación es cada vez es más lejana. “Es imposible negar el peligro que representa que un Estado no tenga el control y monopolio de la fuerza sobre su territorio”, reflexionó.
Dijo estar consciente de que muchos de los países presentes en la reunión de la OEA a lo largo de los años han dispuesto recursos humanos, económicos y técnicos para asistir en materia humanitaria, recuperación ante desastres naturales y de seguridad al pueblo haitiano pero hace falta sentarse a dialogar francamente para determinar qué ha faltado en ese proceso.
Recodó que su país participó del proceso de discusión y negociación de los términos del mandato de la misión política de las Naciones Unidas que se instaló en Haití en el año 2020 y que desde la salida de la Misión de la Estabilización de la ONU, ha insistido en la creación de mandatos multidimensionales fuertes, financiados de manera apropiada y que atendieran de manera prioritaria las necesidades definidas por las autoridades haitianas.
“Dos años como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU no fueron suficientes para lograr comprensión plena de la urgencia. El resultado de esta incomprensión es la crisis que estamos viendo hoy. Saludamos el trabajo que actualmente realizan desde ese órgano, dos Estados miembros de esta organización: Estados Unidos Mexicanos y Brasil. Su participación entusiasta y decidida es fundamental y aquí quiero reconocerlo”, pronunció.