La Conferencia Epicopal Haitiana (CEH), que agrupa a los obispos de la Iglesia Católica en Haití, reaccionó a los graves problemas sociales, políticos y de inseguridad que afecta al país caribeño, con un firme llamado a todos los sectores a que, “Ya llegó el momento de despertar de nuestro letargo».
«Decir con todas nuestras fuerzas: ¡No a la inseguridad! ¡No al secuestro! ¡No a la legalización, por complicidad, de la actividad de bandas armadas! No a cualquier proyecto de aniquilamiento del Estado que pretenda facilitar cualquier agenda contra este pueblo al que se le lega esta tierra”, dicen con firmeza los obispos católicos en un mensaje a la nación.
“El deterioro general de la situación en el país nos preocupa cada vez más como Pastores de este pueblo que tanto sufre. Hemos alzado tantas veces nuestra voz para interpelar a todos y cada uno de los hijos e hijas de la Patria común, a fin de alertarlos y sensibilizarlos sobre los grandes temas de la actualidad», exponen en su amplio mensaje al país.
Afirma que el miedo, además, sume a algunos en un profundo letargo, mientras otros siguen siendo cómplices de las desgracias de nuestro pueblo: «corrupción, pobreza extrema, inseguridad generalizada, secuestros, desconfianza interpersonal son los males a los que se suma la violencia sistémica de bandas armadas declarándose la guerra aquí y allá”.
Señalan que notan que el centro de Purto Príncipe se convertió en los últimos días en el escenario de violentos enfrentamientos entre bandas armadas ilegales, causando muchas víctimas entre la población civil asediada, y atrapada en una gran angustia.
“La propia policía parece indefensa. Situado en el corazón de estas zonas de enfrentamientos, el edificio de la Catedral de Puerto Príncipe se vio gravemente afectado el 27 de julio por un incendio de origen criminal que los bomberos afortunadamente lograron controlar para salvar este lugar sagrado. Junto a las autoridades eclesiásticas de la Arquidiócesis, les agradecemos de todo corazón”, dice la CEH.
“Al notar con profunda tristeza y un sentimiento interior de revuelta la degradación aceptada y en gran parte provocada de la situación del país en su descenso a los infiernos, la Conferencia de Obispos Católicos de Haití (CEH) está atónita e indignada ante la impotencia de la autoridad estatal, dejando el campo abierto a bandas fuertemente armadas para realizar todos sus actos premeditados con impunidad», dicen.
Selan que, «secuestran, secuestran, quiebran, matan, queman y así desafían a los poderes establecidos que parecen totalmente desbordados por lo que está pasando”.
La Conferencia de los Obispos Católicos se pregunta “¿por qué el Estado no actúa para reprimir con el rigor necesario en el marco de la justicia para ponernos a salvo de los bandidos? ¿Es imposible cortar las fuentes que proveen de armas y municiones a grupos e individuos, o beneficia a los intocables? Mientras que a los actores de la violencia nunca les faltan recursos y siembran el terror a diario, los agentes de la Policía Nacional en general parecen carecer de ellos y no pueden cumplir su misión con eficacia».
Afirman que los actores y promotores de la violencia están constantemente reclutando y armando y la policía que se debilita día a día, pero se quejan porque las rutas de salida de la capital están casi todas bloqueadas, mientras las bandas armadas están en guerra por todas partes.
«Este estado de cosas pone en peligro el país y la actividad de todos, con excepción de los propios actores de la violencia. Necesitamos recuperar la autoridad del Estado para que se respire un aire de renovación y paz en el país”, insta la CEH.
La CEH afirma que une sus voces a las de todos los que padecen esta situación y que aspiran a la seguridad y la paz, para exigir una acción inmediata a las autoridades que tienen a su cargo el Estado y el bienestar de los ciudadanos.
Afirman que, «es urgente trabajar cuanto antes por el desarme de las pandillas, que permita a la Policía Nacional realizar con total libertad y con igualdad de trato sus operaciones contra los actores de la violencia armada o la inseguridad y crear un ambiente de serenidad y confianza».
Manifiestan que se hace necesario, impedir el paso por las fronteras y el ingreso de municiones al país, arrestar y juzgar a los autores materiales, auspiciadores y promotores de los actos que infringen la ley. Todos debemos recordar aquí, siguiendo a Edmund Burke.
«La Iglesia Católica invita a todos los sectores del país a trabajar en sinergia para combatir el flagelo de la inseguridad en todas sus formas», señalan.
“Atacar a las instituciones que impiden que se rompan las últimas cerraduras de la Ciudad es un proceso que tiene como único objetivo hacer más vulnerable y servil al país. La Iglesia Católica, en todos sus niveles, protesta contra estos despreciables y escandalosos ataques que han afectado o tocado la Catedral de Puerto Príncipe y que nos entristecen profundamente», indican.
La Conferencia de Obispos Católicos de Haití se une a las autoridades eclesiásticas y al clero de la Arquidiócesis de Puerto Príncipe para denunciar esta situación que afecta al país caribeño.
«Invitamos a todas las personas físicas y jurídicas, víctimas de esta situación de violencia e inseguridad, a hacer lo mismo asumiendo un compromiso concreto para lograr en este país el diálogo, la justicia y la paz”, afirman los obispos en su mensaje.