Natanael Gutiérrez
Según la enciclopedia virtual Wikipedia, la innovación es un proceso que busca introducir novedades, modificar elementos nuevos o ya existentes. La experiencia nos demuestra que, una sociedad que innova se transforma, se desarrolla y crece.
En su libro Crear o Morir, el autor argentino Andrés Oppenheimer, hace un análisis sumamente interesante de la realidad socioeconómica de los pueblos de Latinoamérica. El autor se cuestiona elementos como, ¿será que no contamos con gente lo suficientemente talentosa?, centrando su análisis en la importancia del potencial de talento para el desarrollo de los pueblos.
Como dato a tomar en cuenta para el análisis, observamos que los países que se desarrollan no siempre son aquellos que cuentan con los mejores y más abundantes recursos naturales.
Hacemos referencia a esto, porque viviendo en la Región Enriquillo vemos como por décadas se pone toda la esperanza en el desarrollo turístico enfocado en los recursos naturales; más las estadísticas demuestran que, es la inversión en educación y desarrollo del talento humano más que todo en esas carreras de tecnologías, es lo que nos aportarán las capacidades para así desarrollar el potencial turístico y que esta industria sea sostenible en el tiempo.
En el citado libro, Oppenheimer aborda temas como la importancia de una cultura de la innovación. En el abordaje de esta temática el autor nos presenta el fracaso no como elemento negativo, sino como parte del proceso mismo de innovar, en esta visión se plantea la posibilidad de legislar para materializar leyes que protejan a los emprendedores e incentiven la innovación en toda Latinoamérica.
Generar una cultura de innovación en el país podría garantizarnos un clima de crecimiento, ejemplos como el de los Estados Unidos que cuenta con toda un área de innovación como lo es Silicón Valley, donde se desarrollan miles de proyectos bajo una misma cultura de innovación.
Cabe destacar, que en nuestro país desde el año 2000, contamos con el Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA), que promueve la innovación como unos de sus valores principales, lo mismo el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCYT), el cual en sus valores entre otras cosas se encuentran justicia social y la solidaridad, también, contamos con el recién creado Gabinete de Innovación, que tiene por vocación diseñar toda la política de innovación del Estado.
Este gabinete entre sus pilares destaca: “Fortalecimiento de las competencias del talento humano que faciliten la inserción en la sociedad del conocimiento. Incluye políticas flexibles que permita a los individuos elegir y adquirir las habilidades apropiadas para ser entes productivos”. Así como: “Cultura de la innovación y de la ciudadanía: Fomento de la mentalidad de la innovación, con miras a que la ciudadanía participe en los procesos de transformación y de cambio que se implementen en el entorno, en la sociedad”.
Es por todo lo anterior que me parece fundamental generar un proceso de reflexión sobre la importancia de que nuestra región enriquillo cuente con la preparación académica y tecnológica que amerita los tiempos, por lo cual invitamos al Gabinete de Innovación y las instituciones que le integran a promover una discusión plural que dé como resultado una política de innovación para la región Enriquillo, basada en las necesidades y potencialidades propias de nuestra empobrecida región, que se promuevan las inversiones necesarias para el desarrollo de una cultura de innovación sureña.
Nuestra región en consecuencia deberá despertar, sus pobladores y especialmente su juventud, debemos correr a las aulas, debemos apoyar la creación de escuelas privadas de tecnologías, debemos combatir el desempleo con creación de mano de obra capacitada, porque no nos falta talento, nos falta un nuevo enfoque para avanzar.
*Autor: Dr. en odontología,
Director clínico de Natclinic