Un conjunto de males sociales como delincuencia, inseguridad y falta de oportunidades provoca que un alto porcentaje de jóvenes desea irse de República Dominicana, afirmó monseñor Víctor Masalles, obispo de la diócesis de Baní, provinicia Peravia.
Masalles, exige al Gobierno del presidente Luis Abibinader ofrece más oportunidades, ya que es el país, de la región con más alto nivel de gente que quiere migrar, después de Venezuela.
“Comencemos por la encuesta que se hace cada año, que pregunta en cada país -i le gustaría vivir afuera y en el nuestro, junto con Venezuela, somos el que tiene el nivel más alto de gente que quisiera irse fuera”, observó.
El teólogo y economista dominicano, de origen catalán, advierte que es muy sintomático el malestar que existe en la nación y lo asocia con la inseguridad ciudadana, a asaltos en motor e inflación alarmante en los artículos de la canata básica familiar.
“Uno de ellos es la inseguridad, uno no puede, como en otros lugares, caminar tranquilamente en la calle sin que usted tenga que mirar para todos los lados porque viene un motorista y lo asalta y el proceso inflacionario está generando que aunque usted reciba un poco más de dinero, le da menos”, por lo que cree que aunque aumenten los salarios, la gente no se beneficia, ya que el que sale ganando, siempre, es el capital», señala.
Masalles, considera que se da una carrera entre la necesidad de aumentar el salario y la subida de los precios de los artículos de mayor consumo.
Citó el caso de una mujer profesional que por más que trabajaba en el país no lograba pagar sus deudas y, al irse a España, a cuidar a un envejeciente logró saldarlas y empezó a ahorrar.
Sobre las acciones del Congreso Nacional, aclaró que muchas veces ha sido llamado por legisladores que piden ayuda, por sentirse presionados con la aprobación de ciertos temas, como ha sido con el proyecto de Código Penal.
Además, siente el respaldo del Ministerio de Medio Ambiente para cambiar la generación de Punta Catalina, de carbón a gas, construir una barrera protectora para el río Nizao, azotado por la extracción de agregados, y detener la mafia en Las Dunas de Baní, a la que llevan basura y le sacan arena.