El canciller alemán, Olaf Scholz, afirmó que prohibir el gas ruso costaría millones de puestos de trabajo y hundiría la economía del país, además, dificultaría a Berlín financiar el esfuerzo bélico y la reconstrucción de Ucrania.
La afirmación en ese sentido la hizo Sholz, durante una entrevista que concedió este viernes a Der Spiegel.
«No veo en absoluto que un embargo del gas ponga fin a la guerra. Si el presidente ruso Vladímir Putin estuviera abierto a los argumentos económicos, nunca habría empezado esta guerra insensata», resaltó.
Destacó, asimismo, que los críticos de la postura del Gobierno alemán en cuanto al gas ruso «actúan como si lo único que quisiéramos fuera ganar dinero».
Frente a ello, insistió en que realmente lo que se quiere evitar es una «dramática crisis económica» con «graves consecuencias» para Alemania y Europa. «No podemos dejar que eso ocurra», añadió.