Las emisiones aéreas de gases y micropartículas que emanan de la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC), afectan la calidad del aire y causan daños a la salud de la población de la provincia Peravia.
Así lo determinó el estudio que realizaron expertos nacionales e internacionales, Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático (CNLCC) e Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente (INSAPROMA).
Un encuentro efectuado en el Salón Parroquial de la catedral Nuestra Señora de Regla, de Baní, la primera de tres jornadas para conocer y discutir los resultados definitivos del estudio sobre la contaminación de Punta Catalina, que ordenara el presidente Luis Abinader, el pasado 3 de agosto al ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, en coordinación con la provincia Peravia, CNLCC e INSAPROMA.
Las otras dos jornadas se realizarán en el mismo local el viernes primero y martes, 5 de abril del presente año 2022, efectuándose la primera la tarde de este miércoles, sobre los resultados de la investigación sobre las emisiones aéreas de Punta Catalina.
La jornada del viernes será sobre la composición de las cenizas arrojadas en el batey San José y el riesgo de que éstas contaminen el suelo y las aguas de la zona y sobre los impactos de la central sobre los cultivos, mientras que la tercera jornada, abordará los impactos de la Termoeléctrica en la salud y en el litoral costero marino.
Dos escenarios
El ingeniero químico y experto en calidad de aire, Nikko Médeci y el vocero del CNLCC, Enrique de León, informaron que se midieron y se analizaron las emisiones de Punta Catalina desde el exterior de la Central, así como desde el interior de ésta, tal como salen los gases y micropartículas de la chimenea.
Explicaron que en el primer escenario, de cómo la población recibe las emisiones (inmisiones), se registraron los valores de éstas por una y por 24 horas, en siete puntos diferentes de la provincia Peravia, a mediados del pasado diciembre.
Los puntos que se escogieron para registrar los valores de las emisiones fueron el centro de la ciudad de Nizao, el sector de COVACASA en el sur de la ciudad de Nizao, batey San José de Catalina, Sabana Uvero, Paya, Boca Canasta y los Cajuilitos de Baní.
El laboratorio GeSA, certificado y registrado en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, efectuó las mediciones.
En el segundo escenario, desde el origen de las emisiones, para medir los valores de éstas, como el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y la gerencia de CTPC se negaron a entregar los registros digitalizados de estas emisiones, recurrieron a informaciones contenidas en otros documentos oficiales y a videos y fotografías de estas emisiones.
Afirmaron que en el primer escenario, aunque los valores registrados de las emisiones están conformes a las normativas nacionales vigentes, las emisiones superan las normas de la agencia estadounidense de Medio Ambiente (EPA), Unión Europea, de donde provino parte del financiamiento de Punta Catalina y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Indican que estas mediciones se efectuaron en las condiciones más favorables para que Punta Catalina registrara valores bajos de emisiones.
«Los valores fueron registrados inmediatamente después de que una de las unidades de CTPC había estado fuera de servicio durante una semana, predominaban los vientos alisios, de norte al sur, y no los vientos habituales que soplan desde el Sureste hacia el Nordeste, de mar a tierra, hacia la ciudad de Baní, y había llovido en la víspera de la medición de las emisiones», señalan.
Observaron que aún en estas condiciones tan favorables, las emisiones superaron los estándares de la EPA, de la Unión Europea y de la OMS, lo que indica que las normas nacionales vigentes no protegen a la población, y por tanto deberán ser sustituidas por las de la OMS, al menos para la Central Punta Catalina, dado el tamaño de esta termoeléctrica de 752 megavatios.
Nizao superó las mediciones anteriores a la construcción de Punta Catalina
Los expositores aseguraron que en Nizao las mediciones registradas en diciembre pasado superaron las mediciones de emisiones que el estudio de impacto ambiental del proyecto Punta Catalina registró en el 2014, antes de que se iniciara la construcción de la central.
Dijeron que las micropartículas de 10 micras en el 2021, registraron valores de 35.86, mientras que el 2014, fueron de 26.8, y las micropartículas 2.5 micras, en el 2021 fueron de 25.45, mientras que el 2014, alcanzaron 13.3.
También señalaron que en COVACASA, en el sur del núcleo urbano de Nizao, las micropartículas de 2.5 micras, en el 2021 registraron valores de 24.65 mientras que el 2014, 11.8, y el dióxido de nitrógeno (N0x), un gas estrechamente asociado a la combustión del carbón, fue en el 2021 de 71.79, cuando en el 2014 registró valores de 1.9.
Llamaron la atención de que en Nizao, donde se tiene prueba documentada del incremento de las emisiones de gases y de micropartículas relacionadas con la combustión de carbón, se haya producido una gran incidencia de muertes por ataques agudos al miocardio desde el 2020 a junio del 2021, y que en febrero, en menos de diez días, murieran cuatro infantes, tres de los cuales estaban aquejados de neumonía.
El peor escenario
Sin embargo, Enrique de León, sostuvo que el peor escenario de las emisiones de Punta Catalina se produjo entre mayo del año 2020 a mayo de 2021, especialmente entre febrero y abril de ese año, cuando salieron de la chimenea de la central espesas nubes tóxicas que se estacionaron a baja altitud sobre la ciudad de Baní, y en la zona comprendida entre la central y esta ciudad.
Identificó como causa de estas altas emisiones al mal mantenimiento del sistema de control de la seguridad del aire, AQSC, que filtra los gases ácidos y retiene las micropartículas, y al intento de sustituir este sistema por otro menos eficiente, con el propósito de reducir o eliminar el uso de cal viva que imposibilita que las cenizas de estas plantas de carbón puedan ser usadas para fabricar cemento.
Citó como prueba de que el sistema AQSC estuvo funcionando mal durante el año 2020, la comunicación que el 14 de septiembre, dirigiera Serafín Canario, en ese entonces administrador general de CTPC, a Alonso Vargas Madueño, representante autorizado del Consorcio Odebrecht-Tecnimont-Estrella, en la que describe el descalabro de los filtros de la unidad número uno.
También aportó el documento que justifica la licitación de urgencia de 150 mil toneladas de cal viva, CDEEE MAE PEUR 2021-001, del 28 de abril de 2021, suscrito por George Reinoso, director ejecutivo de la CDEEE, y por Rafael Gómez Del Giudice, viceministro de Energía, en el que se afirma que “las emisiones han sido 40 veces superiores a todas las normas”.
“La diferencia entre el drama de una Punta Catalina que funciona con normas superiores a la de la EPA, de la Unión Europea y de la OMS, y por tanto, afectando a la calidad del aire y a la salud de las personas pero dentro de los límites de la normativa vigente en el país, y la tragedia de una Punta Catalina que envía al aire que respira la gente los gases y las micropartículas tal como salen de las calderas, es el sistema AQSC”, aclaró.
Planteó que si no se le da mantenimiento a este sistema AQSC o se anula, la Central Termoeléctrica Punta Catalina, CTPC, genera emisiones tóxicas que pueden producir enfermedades y muertes súbitas en grupos vulnerables como la niñez y los envejecientes, “del drama se pasa a la tragedia”.
Anunció que el Centro Internacional de Energía y Calidad Ambiental, CREA, con sede en Finlandia, con la asistencia del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, IIDMA, de España, está modelando, simulando y proyectando en toda la vida útil de la Central de Punta Catalina los impactos de estos dos escenarios de emisiones, a través de un modelo informático basado en big data e inteligencia artificial.
Prometió que después que se concluya el proceso de socialización de los resultados del estudio con las autoridades locales y los representantes de las comunidades, el informe final de este estudio será entregado al presidente de la República, Luís Abinader, y a la opinión pública nacional.