La Marina de EE. UU. negó las afirmaciones de que uno de sus submarinos de propulsión nuclear violó aguas territoriales rusas en medio de las crecientes tensiones geopolíticas entre ambos países.
«No hay verdad en las afirmaciones rusas de nuestras operaciones en sus aguas territoriales», dijo el capitán de la Marina de los EE. UU. Kyle Raines en un comunicado citado por Reuters este sábado.
Sin embargo, al emitir la negativa el sábado, el portavoz del Comando Indo-Pacífico de EE. UU. se negó a decir dónde estaban operando los submarinos estadounidenses.
“No comentaré sobre la ubicación precisa de nuestros submarinos, pero volamos, navegamos y operamos de manera segura en aguas internacionales”, dijo Raines.
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo más temprano el sábado que un submarino de ataque de propulsión nuclear clase Virginia de EE. UU. fue encontrado sumergido en aguas frente a las Islas Kuriles mientras la Flota del Pacífico de Moscú realizaba ejercicios en el área.
Los barcos rusos ordenaron a la tripulación del submarino salir a la superficie de inmediato, pero ignoraron esos mensajes, dijo el ejército ruso.
El destructor Marshal Shaposhnikov fue desplegado para ahuyentar al submarino, que utilizó un señuelo de radar activo y abandonó el área a toda velocidad, según el ministerio.
El ministerio ruso calificó el incidente como una violación importante del derecho internacional que creó una amenaza para la seguridad nacional de Rusia. Poco después del presunto encuentro, los funcionarios rusos convocaron a un agregado militar estadounidense para explicar el incidente.
Los submarinos de clase Virginia están armados con misiles de crucero y antibuque, así como con torpedos Mark 48. La Marina de los EE. UU. los promociona como los que emplean lo último en «tecnología sigilosa, de recopilación de inteligencia y de sistemas de armas». Con un costo de alrededor de $ 3.5 mil millones cada uno para construir, los buques se utilizan con frecuencia para vigilancia, reconocimiento y recopilación de inteligencia.
La supuesta incursión se produjo el mismo día en que el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente estadounidense, Joe Biden, hablaron por teléfono sobre la escalada de tensiones en Ucrania.
La administración Biden ha advertido durante semanas sobre una invasión rusa potencialmente inminente de Ucrania, mientras que Moscú ha dicho que no tiene planes de lanzar un ataque.