Kim Jong-un, parece que sufrió una dramática pérdida de peso cuando habló en una reunión del gobernante Partido de los Trabajadores Korea. Su físico adelgazado se ve notablemente en los últimos meses en medio de la escasez de alimentos que se reporta.
Kim, pasó esta semana presidiendo una reunión plenaria del gobernante Partido de los Trabajadores de Corea, único partido en el Estado comunista.
Si bien a menudo usa tales reuniones para anunciar decisiones políticas importantes, generalmente relacionadas con el programa nuclear del país o sus relaciones con Corea del Sur o los EE. UU., lo cierto es que este año tuvo como objetivo el vago objetivo de “guiar la lucha de nuestro Partido y pueblo hacia el siguiente etapa de la victoria”, según funcionarios del gobierno.
Si bien Kim no ha emitido ninguna proclamación pública desde que comenzó la reunión el lunes, las fotos del hombre fuerte de Corea del Norte llamaron la atención del público, debido a su aparentemente rápida pérdida de peso.
Kim mide alrededor de 170 cm y, según los informes, pesó 130 kg, según las estimaciones de Corea del Sur, medidas que lo ubicarían como obeso en la escala BMI (índice de masa corporal).
Sin embargo, Kim ha estado perdiendo peso de manera constante desde principios de este año, y los medios estatales de Corea del Norte en junio describieron su pérdida de peso como algo que molestaba a la nación y lo dejaba luciendo «demacrado».
Las graves inundaciones y los problemas de suministro debido a la pandemia de coronavirus han causado, según se informa, escasez de alimentos en Corea del Norte, y el cierre de la frontera del Estado comunista con la vecina China, agrava aún más el problema.
El gobierno, famoso por el silencio sobre las luchas internas del país, parece haber reconocido este problema, afirmando que Kim está comiendo menos «por el bien del país», según varios informes de los medios occidentales.
Otros informes de medios occidentales han afirmado anteriormente que Kim instruyó a sus ciudadanos este verano a prepararse para las dificultades, comparando la situación del país en ese momento con la ‘Arduo Marcha’ de la década de 1990, un período de crisis económica y hambruna.
A principios de este mes, Kim cumplió diez años en el poder, después de haber asumido el poder tras la muerte de su padre en 2011. En ese tiempo ha desafiado las sanciones internacionales y continuado desarrollando el programa de misiles balísticos del estado.
A pesar de reunirse con el ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en numerosas ocasiones, no logró ningún progreso perceptible hacia el desarme nuclear y a cambio no ganó ninguna flexibilización de las sanciones de Estados Unidos.