Dr. Carlos Julio Feliz Vidal
Tuve ocasión de hablar varias veces con el experto internacional que aportó la comunidad económica europea, para trabajar con el Gobierno dominicano en el diseño de una nueva policía en el país.
Me refiero al Dr. Nicolas Marchal, uno de los especialistas mejor preparados de Europa en la materia, a quien invité a través del Instituto Nacional de Investigación y Adiestramiento Jurídico, a impartir una conferencia en la UASD Santo Domingo y, posteriormente, vía zoom, lo integré a la maestría en Derecho Constitucional que se imparte en la Uasd Barahona, donde trató el tema de las garantías constitucionales en la investigación criminal.
Los trabajos avanzaron mucho en el último período del presidente Danilo Medina, sin embargo, faltó voluntad política para impulsar la ansiada reforma.
Sería bueno que se revisen los avances logrados y las sugerencias formuladas, tomando en cuenta la voluntad de la comunidad económica europea de apoyar al Estado dominicano en esta ingente tarea.
Reformar la Policía Nacional, implica tener un adecuado sistema de ingreso y promoción; una plataforma educativa que reoriente la cultura del quehacer policial, que vincule la institución a la comunidad, y que modifique los métodos de trabajo y los de investigación, acordes con las demandas de una sociedad que se renueva asimisma cada día.
La Policía Nacional debe ser aliada y no adversaria de la sociedad, debe inspirar confianza y no temor, debe ser respetuosa de las leyes y no quien las quebrante.
La Policía requiere una formación sólida en Derechos Humanos, y la policía judicial debe adquirir las destrezas necesarias que le permitan investigar los hechos delictivos y redactar los informes de sometimiento, sin incurrir en errores técnicos ni en violación de Derechos Fundamentales, que den lugar a la nulidad de sus propias actuaciones.
La reforma policial sólo sería efectiva, si se hacen promociones justas y se establecen salarios dignos; si entre la institución y la ciudadanía se generan lazos recíprocos de confianza y respeto.
La reforma es necesaria para el bien de todos.
La reforma debe ser un capítulo relevante de la seguridad ciudadana y del orden público; la reforma debe apuntar a una descentralización, que acerque al agente a la gente, en el marco de una cultura de paz.
*Autor es Dr. En Derecho; Director del Instituto Nacional de Investigación y Adiestramiento Jurídico, autor de textos en Derechos Humanos, maestro universitario y candidato a la presidencia nacional del Colegio de Abogados 2023-2026.