Más de uno ha reflexionado y teorizado sobre la ideología y la legitimidad de una razón para encontrar un lugar en el mundo. Revisando el tratado de Solidaridad, Cooperación y Democracia Integral de Mario Bunge, hurgando en el mismo nos topamos en sus análisis de Filosofía política con la tesis en la que cuestiona la ignorancia en el sentido de que el progreso de la ciencia barrería las ideologías. Se ha asumido que el código de barra, el chip o el holograma es la nueva ciudadanía o necesaria revolución tecnológica que desplaza la persona como centro de la vida de todo proceso social y, también, desplaza la ideología como forma de esperanzar un ideal a realizar. Razona Bunge en su tratado de filosofía política dos ignorancias o hechos que excluyen que “toda persona necesita alguna ideología para encontrar su lugar en el mundo, especialmente en la sociedad” y, el otro hecho afirmado por este filósofo, es que “todo régimen político necesita una ideología para diseñar sus políticas.”
Nunca como ahora, se había descompuesto y desconfigurado el panorama y el poder político en la sociedad dominicana en la forma y manera que se manifiesta hoy, con la triste agravante de que en esta ocasión es propiciado y auspiciado por el danilismo temerario de palacio, el propio presidente de la República y su gobierno. Es cierto que el poder político es sólo un haz del poder social en sus tres componentes: Político, económico y cultural. Pero, el político tiene, citando a Mario Bunge, quien nos dice que: “El poder político es el poder que tienen las personas, grupos y Gobiernos para influir o aun determinar la orientación política de los individuos y, a través de esta, otros aspectos de su comportamiento.” (Filosofía Política. Solidaridad, Cooperación y Democracia Integral. Mario Bunge, Pag.268).
¿Favorece la inconducta perturbadora de funcionarios y el propio gobierno, conductas estas apartadas de sus obligaciones de Estado, a un clima de paz y armonía este 6 de octubre? ¿el irrespeto a la constitución, a todo tipo de norma y reglas democráticas, a dónde nos conducen este 6 de octubre con una Junta Central ambivalente y sin carácter para imponer su autoridad y competencia? No hay que ser un experto politólogo, un mago y mucho menos un mentalista para entender que las acciones del danilismo y el gobierno, nos ponen en la perspectiva de desencadenar efectos devastadores que podrían sobrevenirnos, esto en el caso de que el órgano regulador (JCE) no actuara con integridad constitucional(Const. RD Arts. 212, 214 y 216), con equidad política(art 39 Const.RD) y justicia electoral( leyes 33-18 y 15-19), frente al llamado proceso de elección o primarias abiertas y cerradas previstas para el próximo 6 de octubre del PLD y el PRM. De igual manera, este proceso, debe estar orientado a la legitimación del supremo valor de democracia, igualdad, libertad y, a un estado de derecho auténtico, que debe ser sostenido por principios éticos y morales como interés supremo: de respeto, justicia y dignidad.
Se ha armado un revolú con la propuesta del candidato del gobierno para un pacto y respeto a los resultados de las primarias de partidos en la que participa el gobierno con su candidato del próximo 6 de octubre. Es de derecho fundar dudas razonables de moralidad a la incierta sinceridad de esta propuesta, dudas que son razonables dado el proceder ya conocido del gobierno y su candidato. La comunidad nacional en todos los órdenes, ha sido desconcertada e impactada por una irrupción propagandista negadora de todo sentido ético; para conseguir lo que entienden, ellos, de ser los únicos con este derecho, que pone en tela de juicio la intención de su pacto. Las dudas a la propuesta de pacto o su rechazo, es un derecho irrenunciable e inalienable de cualquiera de los participantes de las primarias en cuestión.
Si los resultados fueran alterados por el fraude, el dolo electoral y el vicio político, lo que es hipotético, pero, probable ¿quién está obligado a acatarlo o respetarlo? Hasta la doctrina Social de la Iglesia y el pensamiento de la patrística expresado en las encíclicas de los papas, animan a rebelarse contra lo injusto: social, política y lo moralmente inaceptable.
La paz social, la seguridad jurídico moral del proceso electoral de primarias, el fortalecimiento de la democracia, la preservación de las instituciones públicas, el fortalecimiento del sistema de partidos; no puede ser sostenido y protegido por una conducta timorata, ambivalente y guabinosa como la que exhibe la Junta Central Electoral y sus autoridades. La Junta (JCE) está llamada por el bien de este país a actuar con firmeza, entereza e integridad institucional. Tenemos la certeza de que la Junta Electoral actuará sujeta a un marco de constitucionalidad y legalidad pertinente este próximo 6 de octubre, evento político que pone en juego la democracia misma. Para concluir estas reflexiones lo haré con el Punto 30 de la Carta Encíclica del Papa Pablo VI, Populorum Progressio, cito y concluyo:( 30.) Tentación de la violencia
“Es cierto que hay situaciones cuya injusticia clama al cielo. Cuando poblaciones enteras, faltas de lo necesario, viven en una tal dependencia que les impide toda iniciativa y responsabilidad, lo mismo que toda posibilidad de promoción cultural y de participación en la vida social y política, es grande la tentación de rechazar con la violencia tan grandes injurias contra la dignidad humana”.
¿A quién daña hacer un cotejo de correspondencia entre el voto emitido electrónicamente y el mismo voto, depositado de forma física? Hasta en Burundi se hace este ejercicio para garantizar la pureza del proceso de votación.
Fuentes consultadas:
Filosofía Política. Solidaridad, Cooperación y Democracia Integral. Mario Bunge. Editorial Gedisa. Barcelona, 2009.
Populorum Progressio. Papa Pablo VI (30), 1967. Año IV de su Pontificado.
Constitución de República Dominicana (const. RD)
*Autor Filósofo Constitucionalista, Profesor Titular UASD
Jt_olivero@hotmail.com, @salomon_55