Últimamente casi no me dejo sentir por estos medios, pero las palabras del amigo David Ramírez, periodista barahonero, de que al doctor Conelio Rodríguez le faltaron huevos, pelotas, y que se estigmatizó de por vida, al renunciar a su posición de director del Hospital Universitario Regional «Jaime Mota», merecen una breve atención de mi parte.
Pienso que fue todo lo contrario. Al renunciar, el doctor Rodríguez exhibió que le sobran huevos, que sus pelotas son grandes, y que tuvo la luz de saber cumplido su misión es esa institución.
En este país no existe la cultura de la renuncia, sencillamente, por las debilidades de nuestras instituciones, y quienes las ocupan, en la mayoría de las veces, sucumben ante quienes le hacen creer lo que no son .
Unos deciden dejar pasar sin importarle nada, otros en cambio, con entereza, deciden no comprometer su presente y su futuro profesional por una posición que todos saben es transitoria.
El doctor Rodríguez dio una lección moralizante a la sociedad barahonera, y al país; supo a tiempo que había cumplido su ciclo en esa dirección, y que por más que quisiera hacer, sus alas se quemarían como en la leyenda aquella del Ícaro.
En las instituciones públicas centralizadas y permeadas por intereses ajenos a éstas es difícil tratar mantener el equilibrio entre no volar demasiado alto ni demasiado bajo.
En los países desarrollados es normal una renuncia, aquí no, por la sencilla razón de que no somos desarrollados.
En el momento de analizar la renuncia del doctor Rodríguez hay que recordar que él dirigía una institución pública en la que las ejecutorias se encuentran frenadas por intereses externos e ilegítimos, y que su capacidad de gerenciar se vio castrada por fuerzas que les fueron ajenas y adversas.
Lo que nadie se ha preguntado es por qué el Hospital Universitario Regional «Jaime Mota» se percibe indirigible, ingobernable, en el que la mayoría de sus incumbentes no logran el mínimo nivel de eficacia en sus ejecutorias.
El doctor Rodríguez cumplió; esperemos que sea el tribunal de la Historia que juzgue su paso por la gerencia del Hospital Universitario Regional «Jaime Mota».