Madrid.- España se prepara para nuevas elecciones parlamentarias el 10 noviembre, la cuarta en los cuatro últimos años. Este martes se publicó el decreto de disolución de las dos cámaras legislativas españolas y una nueva convocatoria electoral.
El presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, no consiguió apoyos parlamentarios suficientes para repetir en el cargo tras los comicios del pasado 28 de abril.
Sánchez, ganó en abril con 123 de los 350 diputados del Congreso, así que necesitaba el voto favorable o la abstención, según el caso, de otras fuerzas parlamentarias. Intentó que el Congreso lo respaldara en julio para seguir al frente del Ejecutivo, pero no lo consiguió.
La negociación entre el Partido Socialista (PSOE) y la coalición izquierdista Unidas Podemos (UP) fracasó en un ambiente de desconfianza mutua, y también de un bloqueo político del que Sánchez responsabilizaba a otros partidos.
La Constitución española establece que, si pasados dos meses de la primera votación de investidura -que se produjo el 23 de julio- ningún candidato obtiene la confianza de la cámara para gobernar, el rey disuelve el Parlamento y convoca nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso, o sea, lo que ocurrió hoy.