Santo Domingo.- Embutidos subirán hasta 12% a partir de este martes, como así lo anunció la semana pasada la Asociación de Embutidores del Cibao (Asoemci) y que rechazan amplios sectores por entender que el país vive un contexto difícil por la Covid-19.
Comerciantes, representantes de trabajadores y amas de casa, condenaron que a partir de este martes los precios de los productos cárnicos experimenten aumentos si tomar en cuenta la difícil situación que viven las familias a causa de la pandemia.
En ese sentido, la Federación Dominicana de Comerciantes (FDC), reiteró su pedido al sector industrial a que en este momento de crisis por el coronavirus, no incrementen los precios de los embutidos y otros productos de la canasta básica, como el aceite comestible.
“Nueva vez, el sector de la industria cárnica anuncia incrementos de hasta 12% en el precio de todos sus productos, por lo que entendemos que deben chequear bien sus números, porque no es posible que todos los meses estén subiendo los precios”, lamentó el presidente de la FDC, Iván García.
Eulogia Familia, vicepresidenta de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), dijo que el aumento en el precio de los embutidos es un gran “golpe” para la clase pobre.
Familia, dijo que la gente de escasos recursos no accede a comprar pollo, res o cerdo porque se ha vuelto muy costosa adquirir esos alimentos y poder ponerlo en la mesa de las familias con mayor nivel de pobreza.
“Lo que están haciendo, cuando se trata de carne, es sustituirla por el salami, que es el más popular, o la salchicha y hasta el jamón”, comentó Familia al agregar que estas alzas demuestran que no existe solidaridad en medio de la pandemia.
Añadió, que los embutidores han sido favorecidos porque el propio Gobierno ha invertido en todos los sectores productivos, por lo que los comercios tienen que revisar la situación actual, que no escapa a nadie.
La presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Trabajadoras del Hogar (Fenamutra), Ruth Díaz, destacó que este aumento se debe a que se continúa con la práctica de gravar el consumo y no los beneficios de los productos.
Considera que las alzas en las materias primas no las deben pagar los consumidores pobres.