Barahona, una ciudad de alta vocación turística anhela el desarrollo, con la industria sin chimenea como punto de apoyo, precisa de una planta de tratamiento que dé solución a las aguas servidas. Ya se anunció que se retoman los trabajos.
https://youtu.be/dExN1fiuBU0
Pero este anuncio no cumple los propósitos. Venció su capacidad de vida útil, por lo tanto, la inversión no retornará al Estado, cuya preocupación, ocupación y función es que se haga con calidad.
Resultará una inversión fallida si el diseño actual no garantiza una solución definitiva al problema sanitario que durante años adolece el municipio, si prevalecen los criterios que están en el original, que solo impacta a algunos sectores.
El proyecto, que ya tiene 35 años desde que se inició, cuando la ciudad apenas era un puñado, la que se pensó y plasmó en un plano, era perfecta para la ciudad de entonces.
El viejo diseño no incluye a Blanquizales, Los Maestros, Punta Palma, las nuevas extensiones de Palmarito, Camboya, Pueblo Nuevo, Canta la Rana, Riochill, El Alfa y los sectores que conforman Villa Central.
Como se observa se trata de un proyecto que no cumple lo cometido y no puede ser a medias.
¡Barahona no lo merece!