Ciudad del Vaticano.— Expertos en enfermedades infecciosas están preocupados por el próximo viaje del papa Francisco a Irak, ante el brusco aumento de casos de coronavirus en el país árabe, así como a su frágil sistema sanitario que probablemente sea inevitable que los iraquíes formen multitudes para verle.
Señalan que, «nadie quiere decirle a Francisco que cancele sus planes, y el gobierno de Irak tiene todo el interés en mostrar su relativa estabilidad recibiendo por primera vez a un papa en el lugar de nacimiento de Abraham».
El viaje del papa, previsto para entre el 5 y el 8 de marzo, dará un necesitado apoyo moral a los asediados cristianos iraquíes, además, de avanzar en los esfuerzos del papa por tender puentes con el mundo islámico.
Pero desde un punto de vista puramente epidemiológico, así como del mensaje de salud pública que transmite, un viaje del papa a Irak en medio de una pandemia global no es recomendable, según los expertos de salud.