Washington.- Luego de meses bloqueo y cuatro días frenéticas negociaciones, finalmente el Congreso de Estados Unidos aprobó anoche, in extremis, un nuevo paquete de estímulo a la economía por valor de 900.000 millones de dólares.
Este estímulo a la economía estadounidense tiene el objetivo de ayudar a las familias y empresas a afrontar la devastación económica provocada por la crisis del coronavirus en el paí norteamericano, uno de los más afectados del globo por la enfermedad.
El rescate está contenido en una pieza de legislación que tiene 5,593 páginas, que incluye, también, la financiación del Gobierno hasta septiembre y rebajas de impuestos a numerosas empresas durante todo el próxio año. La ley contempla un desembolso total, en conjunto, de 2,3 billones de dólares.
La legislación fue aprobada primero, pasadas las 21.00 (hora de Washington) por la Cámara de Representantes.
“Sí, hay más trabajo que hacer, y costará dinero, pero protegerá los empleos y, más importante aún, responderá a las necesidades del pueblo estadounidense: acabar con este virus y hacerlo de una manera que nos lleve a todos al futuro de manera segura”, dijo la líder de la mayoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi.
Horas después, justo antes de la medianoche (hora local) el Senado aprobó el paquete de ayudas.
El domingo por la noche los líderes del Congreso anunciaron que había acuerdo. Se alcanzó antes del límite de la medianoche que habría conducido a un cierre gubernamental, y los congresistas hubieron de aprobar una legislación que ampliaba 24 horas el plazo, para poder trasladar los términos del acuerdo a una ley.
A esa labor han dedicado la jornada del lunes, que también se quedaba corta para limar las asperezas y repasar la redacción. Para añadir tensión, según fuentes de la negociación citadas por The New York Times, se produjo un problema informático que impedía cargar determinadas partes de la legislación.
El paquete aprobado en la noche del lunes, la primera gran inyección de dinero público desde abril, es uno de los más grandes de la historia, aunque no llega a la mitad de la cuantía que se desembolsó en la ley de estímulo aprobada en marzo. Las ayudas contempladas en aquel paquete estaban ya expirando y el bloqueo en el Capitolio estaba dejando a millones de estadounidenses sin ayuda federal.
El acuerdo llega cuando Estados Unidos sufre más que nunca el azote de la pandemia, que se ha cobrado ya más de 317.000 vidas en el país, y cuando acaba de arrancar la gran operación de inmunización, con la vacuna de Pfizer administrándose desde la semana pasada y la de Moderna desde este mismo lunes.