República Dominicana tiene previsto iniciar las clases, por primera vez no presencial con motivo de la pandemia del nuevo coronavirus y contrario al elevado optimismo del ministro de Educación Roberto Fulcar que afirma que todo está listo para el inicio del año escolar este lunes dos de noviembre, al menos tres especialistas le dicen que no es cierta su afirmación.
El país, a juicio de los expertos, no está listo para el regreso seguro a clases, afirman especialistas quienes, tras recordar que el riesgo de deserción aumenta, por la crisis económica, tecnológica y formativa en muchas familias, sobre todo, en las zonas vulnerables.
Sin embargo, ven pertinente buscar herramientas para comenzar, dijeron en un panel de Visión Mundial para debatir y buscar alternativas para lograr estándares de calidad e inclusión educativa en el contexto actual.
En el foro disertaron Dinorah García Romero, rectora del Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda; Pedro Acevedo, coordinador actual del Foro Socioeducativo y Claudio Osorio, representante de la Red Interagencial para la Educación en Emergencia.
Indicaron las dimensiones claves para acercarse a los estándares de calidad e inclusión, destacando el rol del respeto de los derechos, la relevancia, pertinencia, equidad, eficiencia y eficacia de los servicios.
García, educadora e investigadora socioeducativa, dijo que la calidad en la educación lleva un enfoque de derechos y la inclusión implica asumir una posición política intencionada, debido a que ésta fomenta la democracia.
Expuso que son esenciales aspectos relativos a la participación activa de los docentes; la incorporación de trabajadores sociales, psicólogos y agentes para el acompañamiento cualificado a las familias.
Citan la preparación de las escuelas en condiciones sanitarias (agua y equipos de higiene); la incorporación de la dimensión artística como punto de apoyo para el aprendizaje; así como la integración de redes de docentes en la didáctica de la educación virtual, entre otros aspectos.
Acevedo enfatizó la necesidad de ver la crisis como una esperanza para repensar la educación en este momento y su historia. “La forma en cómo lo hacíamos ya ha llegado a su término. Debemos reinventarnos con un currículo que también esté acorde a la vida y la realidad del estudiantado” argumentó.
Osorio expresó que ningún país está preparado para enfrentar este panorama educativo y sanitario; sin embargo, recomienda ajustar las decisiones acorde con el propio contexto.
El especialista de educación en emergencia define clave el abordaje de la deserción escolar en un contexto como éste. Plantea como esencial un monitoreo continuo que permita evaluar cuántos niños han salido del sistema y cómo hacerlos regresar y tratar el problema de sobreedad.